Un lamentable y desafortunado hecho se presentó en una cancha sintética de fútbol en el corregimiento de Bruselas.
Cómo lo hacía frecuentemente Anderson Ortiz de 21 años, cuando jugaba un partido de fútbol, pero jamás imaginó que era su último partido, que daría fin a todos sus sueños.
La joven promesa del fútbol que en su corta vida ya había recibido varios premios, por su gran desempeño como deportista, jugaba lo que sería su último partido, del cuál disfrutaba con total entrega, cuando recibió un fuerte balonazo en el pecho, que de a poco lo dejó tendido en el piso.
Aunque lo intentaron reanimar, fue imposible salvarlo, el fuerte golpe al parecer detuvo su corazón y falleció.