OPINIÓN

“El problema de nuestro país es la ausencia de capitalismo, el capitalismo genera empresa y riqueza y esas son las cosas que precisamente Colombia no tiene”

La frase anterior que parece de algún “neoliberal”, o que, si no estuviera ligada a Colombia, parecería dicha por Trump, la pronunció el Senador Jorge Robledo hace un par de años en un almuerzo con empresarios Barranquilleros. Cuando la escuche quede perplejo pues siempre había oído que Robledo era un izquierdista radical que estaba en contra del capitalismo.

Refiero la anécdota de Robledo porque sinceramente creo que uno de los principales problemas de nuestros líderes, de nuestros gobernantes y de nuestra sociedad es que no escuchamos. La mayoría de líderes creen tener la verdad revelada y por eso dedican poco tiempo a escuchar a su gente.

El gobernante colombiano una vez llega al poder ni siquiera vuelve a recibir a sus electores, lo que antes le parecían buenos consejos después son “necedades de quien no sabe cómo es el gobierno”; De igual manera, nuestra sociedad pareciera no escuchar sus buenos líderes y lastimosamente, la mayoría de ideas y planteamientos de estas personas quedan reducidos a pequeños espacios de discusión que no transcienden.

Durante largos años, en su inmaculado paso por el senado, Jorge Robledo ha advertido, descrito e identificado los problemas del país y lo que sucede con nuestro aparato productivo nacional, advertencias que se han cumplido casi que milimétricamente.

No obstante, solo unos pocos lo escuchan (afortunadamente los suficientes para mantener su curul).

La gran mayoría de nuestra sociedad pasa y ha pasado por alto lo dicho por, ese sí, honorable senador. Ya es un problema grave que nuestra sociedad no escuche, pero el tema se agrava porque nuestros líderes tampoco lo hacen y ese pareciera ser el caso de nuestro actual presidente Iván Duque.

Desde que el presidente llego al poder han sido numerosos los mensajes de otros líderes políticos que le piden que gobierne para todos, múltiples las voces de opinión que le han recordado que el pueblo quiere vivir en paz y que quiere, así sea falazmente, superar la etapa de la guerra en la que estamos sumidos hace 60 años.

También la sociedad civil se ha manifestado, como cuando con más de 11 millones de votos, le exigió que luchara de frente contra la corrupción.

Tozudamente el presidente Duque no ha llamado a la unión del país, no ha querido salir de la etapa de la guerra ni poner otros temas en la agenda nacional, como educación, empleo o desarrollo, pero lo peor, pareciera perder la batalla contra la corrupción y sobre todo contra la impunidad que lentamente desmorona y carcome nuestra sociedad.

Por eso, porque quiero que el presidente me escuche, y porque quiero un país unido, un país en paz, y un país sin impunidad saldré a marchar pacíficamente este 21 de noviembre.

Por: Diego Muñoz Marroquín – diegom@munozab.com
Twitter: @diegomunozhuila

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