El macabro relato del niño de 13 años, que acabó con la vida de la pequeña Charol Samboní Pérez de 9 años, en zona rural del municipio de Garzón, tiene en vilo a las autoridades en el Huila.

Según se conoció de manera extra oficial, Charol y su agresor eran amigos, pero esa supuesta relación de amistad no evitó la trágica muerte de la menor.

Después de terminar su jornada de clases, la pequeña de 9 años,   llegó donde su madre hasta su lugar de trabajo en una finca cercana a su residencia y se puso a jugar con  unos amigos del sector, como acostumbraba a hacerlo en algunas ocasiones. Pero esta vez la historia fue diferente y la pequeña fue reportada como desaparecida el miércoles 22 de mayo a eso de las 3 de la tarde.

Al terminar sus clases en la escuela de la vereda, fue trasladada por su padrastro Guillermo, en una motocicleta a una Tabacalera, ubicada en Patio Bonito, donde labora su progenitora Jennifer Pérez desde hace algún tiempo.
“Esa era la rutina de mi hija: terminaba clases y me la traían al trabajo para no dejarla sola en la casa, precisamente para evitar una desgracia. Acá compartía con los hijos de los trabajadores entre ellos el adolescente que dicen que la violó y la asesinó aunque yo no me trago ese cuento. El corazón me dice que detrás de esta desgracia hay otra persona” dice entre lágrimas la madre de la menor.

Hacía las 4.30 de la tarde según la versión de Jennifer, la niña salió de la tabacalera, a compartir un dulce que le regaló el dueño de la empresa con otros niños entre ellos el victimario y desde entonces su madre no volvió a saber nada de ella.
“Comenzamos a buscarla, reportamos la desaparición de la niña a la policía y nos enviaron una Radiopatrulla con varios agentes para reforzar la búsqueda de Charol, en medio de una gran angustia” dice la madre de la infante.

Cuando la policía anunciaba hacía las 10 de la noche la finalización de la búsqueda para continuarla al día siguiente, el padre de la niña Jorge Samboni, su hermano y dos vecinos más tras preguntarle al niño implicado en el crimen de la niña, que donde la había visto por última vez, se dirigieron al sitio indicado por el menor y a escasos 100 metros encontraron el cadáver de Charol Libeth, desnudo, flotando boca abajo y con una piedra en la cabeza, en el fondo de un riachuelo que pasa por el sector.

“Fue muy doloroso ver el cadáver de mi niña en ese estado. El victimario salió corriendo y tras ser aprehendido por la policía de una vez se declaró culpable, confesándole a la policía que él había violado y posteriormente asesinado a Charito” dice el padre de Charol, quien a pesar estar separado de la madre de la niña, cuando le notificaron su desaparición se trasladó desde Pitalito a Garzón, para encabezar la búsqueda.

El adolescente confesó ser responsable del crimen, se internó en la casa donde vivía con su padre, hasta donde llegaron los vecinos de la occisa y si no es por la presencia de la policía a él y su progenitor, oriundo del departamento de Santander, residente en Guadalupe y quien desde hace algún tiempo trabaja en la tabacalera, los hubiesen linchado, motivados por la ira que causó entre la comunidad este atroz crimen

El cadáver de Charol Libeth, fue trasladado a la morgue del hospital San Vicente de Paúl de Garzón, donde medicina legal le practicó el examen forense que confirmó la violación de la niña y su muerte por inmersión.
Entre tanto el menor que confesó ser el violador y homicida de la niña, manifestando que la mató porque la niña empezó a gritar diciendo que le iba a contar a la mamá lo que él le había hecho, por ahora quedará a disposición del ICBF a siendo trasladado por seguridad a otro municipio, mientras se adelanta la investigación de este crimen que conmocionó a los habitantes de Garzón y al Huila; lo que le preocupa a las autoridades es que el menor al no tener más de 14 años no puede iniciar un proceso penal, la entidad que quede a cargo de él le ofrecerá apoyo psicológico y muy probablemente quede en libertad.

Mientras la ciudadanía se cuestiona con respecto a las leyes que rigen el país, porque últimamente menores de edad han sido los protagonistas de hechos delictivos en distintas regiones del territorio colombiano, donde los derechos del menor terminan beneficiando al futuro adulto delincuente, su familia carga con el dolor y un sin número de interrogantes


Charol Libeth, es la segunda víctima con el apellido ancestral Samboni, que muere en Colombia en los últimos años, tras ser violada y mancillada en su amor propio como le ocurrió a la niña Yuliana Samboní, de 7 años, quien fue secuestrada, violada y asesinada por el hijo de un oligarca de este país en Bogotá, el 5 de diciembre de 2016.

La velación de la pequeña víctima se cumple en el Centro Poblado de Majo, donde vivía con su familia.

 

Con información de Guillermo León Sambony

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