En el municipio de San Agustín se han dedicado a rescatar del olvido los adultos mayores que viven en condiciones precarias con el fin de restablecer sus derechos a una vida digna y saludable.
En este artículo se mostrará el caso dos abuelitos residentes en la vereda Alto del Obispo a una hora del casco urbano en carro, quienes viven en sectores diferentes de la vereda pero en circunstancias muy similares.
Manuel, es agobiado por una enfermedad dermatológica
Uno de ellos es Manuel, quien padece de una enfermedad dermatológica que lo agobia y lo imposibilita para defenderse solo, tiene una especie de ampollas en alto grado de infección que exigen un tratamiento médico de estricta supervisión, Manuel vive bajo el cuidado de un hombre que tiene limitaciones de oído y habla, y está pendiente de él en medio de todas las dificultades, en la visita le hicieron curaciones a las heridas de su piel.
El otro anciano es Nereo con 75 años de recorrido por la vida, pasa sus días solo, en medio de cuatro paredes construidas en bahareque ya agrietadas por el tiempo, las condiciones higiénicas y de espacio en las que habita atentan contra las salud del humilde anciano que a veces no tiene nada que comer. Según vecinos del sector vive ahí porque trabajó por más de 40 años en esa finca y el propietario le cedió el espacio para que tuviera donde vivir y de vez en cuando le ofrece un pequeño mercado, pero no hay nadie que cuide permanentemente de él.
Condición en la que vive Nereo
Visita a Nereo para ofrecerle una mejor calidad de vida
Por esta razón la Secretaría de Protección social, la personería, el concejal William Gómez, la policía nacional y defensa civil decidieron trasladarlo hasta el hogar del adulto mayor Gregorio Jaramillo Castaño de San Agustín, donde le ofrecieron un baño, ropa nueva y le seguirán brindando los cuidados pertinentes.
Estas acciones se seguirán adelantando en las zonas rurales de San Agustín para evitar que más abuelitos sigan en el olvido, solos y a la espera de sus últimos días.
