La lluvia tenue en Pitalito generaba un ambiente de tristeza, una tarde fría con una nubosidad constante, fabricó un espacio luctuoso y anticipado de lo que la ciudad hace rato no veía, el dolor más dramático por la inesperada partida de un ser querido por una familia y una comunidad en circunstancias que el ser humano aun no logra descifrar.


El recorrido a la iglesia del espíritu santo en donde con el amor de la familia y con la entrega a un Dios que todo lo puede se realizó con un clima lleno de neblina que definía la dura prueba de la vida terrenal por la que deben atravesar sus allegados en este tipo de circunstancias.

El templo de su parroquia, cercano a su casa de habitación fue escenario de una celebración llena de preguntas sin responder en donde su cofradía de colegas, la compañía de amigos y ante todo sus familiares seguían sorprendidos por la decisión que había tomado su hijo, su hermano, su padre, su compañero.

Su hermana en un dialogo firme en el pulpito, pero con el corazón destrozado habló de lo que seguramente había llevado a Efraín a tomar esa decisión.

Reconociendo el cariño de la gente por su hermano agradeció la presencia de todos allí e indicó que la decisión era suya y solamente suya.

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llena del dolor lógico, acompañada de sus hermanas y su señora madre indicó que a su hermano hace como cuatro años le habían formulado una medicina que le había trastornado su comportamiento y eso lo mantenía inmerso en una situación difícil de salud y con alteraciones en su normal desarrollo de vida, asunto inclusive confirmó que las autoridades de salud sobre el medicamento ya habían formulado alertas y estaban en proceso de prohibir la comercialización de dicho producto por los efectos generados en sus pacientes como el caso de su hermano sumado a que muchos de sus amigos tambien se alejaron de el y seguramente su soledad lo arrinconó.

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El sacerdote reconoció igualmente el don de gente del Jurisconsulto y también alentó a la familia en el drama que hoy vivían, motivándolos a sobrellevar apegados al creador estos difíciles momentos reconociendo que Efraín había dialogado con el sobre su situación.

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La compañía del féretro continuó hasta el cementerio privado de la ciudad en la salida a Timaná en donde el drama quedó en la mente de sus acompañantes sobre todo en los instantes cuando sus tres hijos lo despidieron allí en su tumba.

La tarde cayó el cielo estaba encapotado, el frio era más agudo y el dolor de una familia y sus amigos cercanos sigue latente y se mantendrá por mucho tiempo, solamente la fuerza de amor siempre demostrado a los suyos concederá la fortaleza suficiente para seguir adelante enfrentando la realidad de la vida al interior de su especial familia.

Pitalito extrañará al abogado lleno de sonrisas y chispa para la vida paradójicamente, sus hijos recordarán al hombre bueno y querido por una comunidad, por su calidad de gente y quien con afecto a muchas personas había ayudado en varios casos y procesos jurídicos dentro de su disposición humana.

Nadie sabe las incógnitas que agobian o motivan al ser humano a tomar decisiones tan complejas en nuestra naturaleza humana y terrenal. Paz en su última morada.

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