Desde el 28 de diciembre Segundo Jaime Paz Tovar de 36 años era buscado por sus familiares en San Agustín, ese día el hombre quien padece de esquizofrenia se desapareció sin dejar rastro.
Sus familiares informaron a las autoridades, para que les ayudaran con la búsqueda, temían por su vida por su condición de salud.
Pasaron los días, llegó el año nuevo y de Jaime no se sabía nada…
Cuando ya su familia temía lo peor, la esperanza volvió a su hogar cuando se enteraron que había sido localizado en la vereda La Medina del municipio de Rivera en el nororiente del Huila, sin tener idea de cómo llegó hasta allá.
Según se logró conocer, un campesino que lo encontró informó a la policía de este municipio quienes acudieron a atender el llamado para saber de quién se trataba y qué le había ocurrido para auxiliarlo.
Para poder llegar hasta La Medina, al camino de herradura en zona montañosa, donde estaba Jaime, fue necesario un recorrido de 3 horas, donde el comandante encargado de la estación y dos patrulleros, notaron que el hombre requería ayuda de manera urgente, estaba desorientado, somnoliento y con debilidad general, tenía diferentes lesiones en sus pies, piernas, tórax y cabeza, según él se cayó y no se pudo volver a mover.
En la zona que estaba no es posible ingresar en vehículo, con la ayuda de un agricultor del sector, los uniformados consiguieron dos guaduas y con sus uniformes armaron una camilla improvisada, para poder trasladar en sus hombros a Jaime mientras llegaban al carro policial.
Después de toda la travesía para su rescate, fue llevado al Hospital local, donde los galenos determinaron que tenía deshidratación severa, hipotermia, choque hipovolémico, laceraciones en tórax y miembros inferiores, al parecer causadas por una caída.
Después de ser atendido y estabilizado, se dio el feliz reencuentro con su familia, quienes estaban muy agradecidos, primero a Dios por darles la oportunidad de encontrar a su ser querido y segundo, por la acción de rescate de los policías.
Segundo Jaime Paz Tovar, logró regresar a San Agustín con su familia, donde se recupera y continúa bajo el cuidado de quienes tanto lo extrañaban y buscaban.