Los derechos humanos, amenazados globalmente

Amnistía Internacional advierte de una tendencia insidiosa y progresiva al debilitamiento de los derechos humanos, fruto de la acción deliberada de gobiernos que atacan, abandonan o no aportan fondos suficientes a las instituciones creadas para ayudarnos a proteger nuestros derechos.

En al menos 19 países se perpetraron crímenes de guerra u otras violaciones de las “leyes de la guerra”

Amnistía Internacional ha documentado el número de gobiernos que en 2015 han infringido descaradamente el derecho internacional en su ámbito nacional: más de 122 Estados ejercieron la tortura u otros malos tratos y 30 o más obligaron ilegalmente a personas refugiadas a retornar a países donde corrían peligro. En al menos 19 países, el gobierno o grupos armados cometieron crímenes u otras violaciones de las “leyes de la guerra”.

La organización advierte igualmente sobre una tendencia preocupante en los gobiernos, que cada vez adoptan más medidas y emprenden más ataques contra activistas, profesionales de la abogacía y otras personas que trabajan en la defensa de los derechos humanos.

“En lugar de reconocer el papel fundamental de estas personas en la sociedad, muchos gobiernos se han propuesto acallar por completo las críticas en su país. Se han saltado sus propias leyes en sus campañas de represión contra la ciudadanía”, ha afirmado Salil Shetty.

Amnistía Internacional afirma que esto se debe en parte a la reacción de muchos gobiernos ante las nuevas amenazas para la seguridad en 2015.

“La desacertada reacción de muchos gobiernos contra las amenazas para la seguridad nacional ha consistido en reprimir a la sociedad civil, el derecho a la intimidad y el derecho a la libertad de expresión, así como en descarados intentos de hacer de los derechos humanos un insulto, al presentarlos como contrarios a la seguridad nacional, el orden público y los ‘valores nacionales’. Han llegado incluso a violar su propia legislación de esta manera”, ha afirmado Salil Shetty.

Ejemplos de países

Rusia

Su uso represivo de una legislación nacional imprecisa en materia de seguridad y contra el extremismo, así como sus intentos concertados de silenciar a la sociedad civil; su vergonzosa negativa a reconocer los homicidios de civiles en Siria, y sus insensibles iniciativas para bloquear la acción del Consejo de Seguridad sobre Siria.

Tailandia

La detención de disidentes pacíficos por actividades como representar obras teatrales, publicar comentarios en Facebook y mostrar grafitis, y el caso omiso de las autoridades militares a los llamamientos internacionales para que no amplíen sus propias atribuciones, que les permiten imponer excesivas restricciones a los derechos y silenciar la disidencia en nombre de la “seguridad”.

Burundi

Los homicidios sistemáticos y otras tácticas violentas generalizadas de las fuerzas de seguridad, y sus intentos de reprimir a la comunidad que defiende los derechos humanos en el país.

Israel

El mantenimiento del bloqueo militar de Gaza y, por tanto, el castigo colectivo impuesto a sus 1,8 millones de habitantes, así como no haber cumplido —como tampoco ha hecho Palestina— la petición de la ONU de llevar a cabo investigaciones creíbles sobre los crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Gaza en 2014.

Venezuela

La continua falta de justicia en casos de graves violaciones de derechos humanos y los constantes ataques contra quienes defienden los derechos humanos, y su constante denuncia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, después de haberse retirado de la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, privando así de acceso a la justicia a las víctimas de estos abusos.

 

 

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