Alvaro y Pedro.Fotografía del maestro kostar Peña

Pitalito: Educar debe ser prioridad y actuar la premisa.

Me asombré hace algunos días cuando un especial amigo metido en la ahora vida pública de la Política en la cual vive y sobrevive en silencio y con bajo perfil, me motivaba con gran deseo en su aspiración a ser alcalde y la búsqueda de mi opinión:  le dije que si su visión no se centraba en la educación no existiría una verdadera transformación de la sociedad; El me indicó que esa era su tarea y la emprendería rompiendo todos los esquemas. ¡¡Eso me sorprendió ¡

Recordaba, ya sentados en la mesa de aquella cafetería, que en ciertos instantes de la vida dialogábamos de la esperanza de ver una ciudad diferente y con la pasión de ver a sus hijos y mis hijos en crecer en la mayor fuerza de educación posible para romper la cadena de la ignorancia, si, la ignorancia, esa que manipula las emociones de los que motivados por los discursos conmovedores votan sin sentido llevados como pollitos empujados a la caja de cartón solo por los deseos de poder de unos pocos ya acostumbrados a su manipulación adicta y arbitraria.

Ellos los que sin educación sueñan y anhelan un salario digno con una vida laboral estable para obtener el sustento de sus familias y aportar a lo social, ellos los que esperan que sus nuevos líderes ataquen sin miedo la corrupción que tanto hace daño al país.  El, asentaba la cabeza como hallándome la razón, pero como incrédulo.

La conversación continuaba y nos tomamos otro café, en ese mar de emociones palabras y proyecciones por ver un Pitalito diferente, le indiqué que le quería leer un documento que aplica perfectamente a la realidad local.

Se acomodó y escuchó con calma, me dijo diga pues, y comencé mi lectura;

1*“Hablamos del malestar que se origina en un sinnúmero de actuaciones perversas que se hacen en nombre de la política y que tienen a la gente hasta la coronilla: compra de votos, sueldos exorbitantes de los congresistas en contraste con un bajísimo salario mínimo, promesas incumplidas, puentes donde no hay ríos, leyes contra la inmensa mayoría de los colombianos, cartel de la toga, elefantes blancos, tránsfugas que transitan por todo el espectro partidario, puestos a cambio de votos, mermelada, corrupción por doquier  y un largo etcétera, vicios que alejan a la gente de la política o la llevan a concluir que “todos los políticos son iguales”.

Analizamos con calma que los políticos de nuestra provincia Empujan a su amigo y al ciudadano hasta ese límite, confirmando que esas acciones lógicamente tienen un encanto para aquellos que siempre han mal gobernado, en primer lugar, porque desestimula el voto, a tal punto que la abstención, por ejemplo, en las elecciones presidenciales del 2015 llegó casi a un 40.93% y en las de 2018 mejoró un poco pero con los mismos escenarios.

En segundo lugar, porque permite que el voto conseguido a través de clientelismo y politiquería sea el que elija a las mayorías, dejando en un lugar marginal el voto de opinión.

Y en tercer lugar, porque aquellos que desde el poder acaban el agro, la industria y con ellos el trabajo digno y estable, suben las tarifas de servicios públicos, los impuestos y demás, se presentan ante los electores como próceres a cambiar baratijas por votos y prometen toda clase de soluciones a los males que ellos mismos causaron.

Círculo vicioso que explica en parte que este simulacro de democracia sigue eligiendo cada cuatro años a los mismos con las mismas que tanto daño le hacen al país: escogen a su carcelero.

El 11 de marzo de 2015, el maestro Carlos Gaviria Díaz dictó una conferencia a profesores del Gimnasio Moderno, de Bogotá, denominada “Educar para la democracia”. “Colombia no es una democracia, sino una sociedad con vocación democrática”, dijo allí. Quería indicar el maestro Gaviria que la democracia colombiana está por construir y que para este fin el primer ingrediente es la educación.

Pero miremos cuál es el panorama en este componente esencial de la democracia. El científico colombiano Rodolfo Llinás, en entrevista a Semana subrayaba: “La educación más que importante es esencial. Si no se le da al cerebro la capacidad de optimizar seremos individuos de segunda clase que no alcanzamos todo lo que podíamos ser. La ventaja de la educación es que si se hace bien mejora la calidad del individuo, por eso digo que es como el agua o una buena comida”. Y sobre el sistema educativo actual indicó: “Colombia es una cenicienta que quiere ir al baile de los países desarrollados”. En otro testimonio a Lecturas de El Tiempo, Llinás puntualizó: “El nivel de la educación en Colombia es más bajo de lo que debiera ser, dada la inteligencia natural de los colombianos” .

Las afirmaciones del doctor Llinás tienen un sustento en cifras, pues 2.8 millones de habitantes las zonas rurales no saben leer ni escribir y 4,5 millones de niños están por fuera de las instituciones educativas de básica y media. El Acto Legislativo 01 de 2001, que creó el Sistema General de Participaciones, SGP, y el Acto Legislativo 04 de 2007 les redujeron 7,5 billones de transferencias a los entes territoriales, entre 2002 y 2008, y su prórroga hasta 2016 les quitó otros 51,6 billones de pesos: Y  Para completar, la deuda del Estado con la educación superior universitaria pública era a 2013 de 11,3 billones, como lo evidencio el análisis del Sistema Universitario Estatal, denominado “La realidad de la crisis en el sistema de financiación de las Universidades Estatales” (busquen los  estudios) le dije , lo que obliga a dichas instituciones a recurrir a la venta de servicios y a aumentar matrículas para atenuar el peso de la deuda que aún está vigente.

El diagnóstico anterior nos lleva a concluir que la clase política tradicional, representada hoy por los mismos políticos de siempre que avanzan sin temor y hasta vuelven con sus artimañas, es la directa responsable de que no solo no exista una auténtica democracia, sino de destrozar la educación, componente esencial para construirla.

La solución empieza por remover a los culpables de la crisis, por derrotarlos en las urnas, por meterse en la política para evitar que la politiquería se siga metiendo con nosotros, por construir democracia luchando por imponer cambios significativos en el modelo educativo.

La ciudadanía frente al tema de la educación debe tener claro que es un derecho fundamental y no como el privilegio de unos pocos, los políticos y su gestión debe mirar la educación como la base de la transformación social y la mejor herramienta para desarrollar el potencial de las personas.  Sin temor se debe avanzar hacia la universalidad, la alta calidad y la gratuidad en la educación pública. Y en la lucha contra la corrupción y el clientelismo se debe tener claro que esto son los cambios que deben proponerse hacer realidad los concejales, alcaldes, diputados y gobernadores, cambios que el país necesita liderando el proceso de reforma a la justicia y al sistema electoral para derrotar el círculo vicioso entre clientelismo, corrupción e impunidad.

Por estas y muchas razones me la sigo jugando por los candidatos que le apuesten a la educación como la premisa para salir del atraso, porque estoy convencido de que este país sí tiene arreglo y de que cada vez más personas se deben hacer partícipes del cambio que necesita Colombia y como diría un gran padre de la patria : “A los mismos con las mismas, no los derrotamos en Twitter, ni en Facebook  los derrotamos metiéndonos en el barro de la lucha política y votando por la diferencia y el respeto del otro.”.

Termine el texto y el candidato me dijo; todo eso es posible, estrecho la mano y me reiteró, como si lo hubiera retado; “me la juego por la educación y voy a romper paradigmas la gente lo verá”, ¡¡¡intente creerle¡¡¡, se despidió y a lo lejos me gritó ¡espero que me vea actuando. Lo verá manito.  Me dijo.

Espero que si llega a ser alcalde sorprenda y que la educación sea la premisa y no el negocio de pocos.  Amanecerá y veremos.

Si usted va a votar vote bien y analice con calma las hojas de vida y las actuaciones en la vida pública de su candidato. Mi voto y su voto es íntimo y a conciencia libre y espontaneo, que nadie manipule sus deseos de cambio por el bien de nuestros hijos y de la ciudad. ¿Quien tiene la razón y la verdad, seria mentiroso al decirlo ? cada quien mira lo que le conviene yo miro a mis retoños y espero que la ciudad tenga un buen alcalde que se ejemplar para mis hijos, ante todo.  ¿Será posible? Espero que así sea.

 

Para tener en cuenta:

*2 Según Barómetro de las Américas, seis de cada 10 jóvenes dicen no confian en las instituciones democráticas; siete de cada 10 piensan que a los gobernantes no les interesan sus opiniones; y sólo el 25% dice confiar en el Congreso. Esto genera un panorama en el que sólo cuatro de cada 10 jóvenes en el país sale a votar.

*3 Colombia es el tercer país con menos participación electoral en América Latina, después de Haití y Chile. Podría pensarse que eso se debe a que en nuestro país, como en Chile, el voto no es obligatorio. Pero en Ruanda, un país africano que sobrevivió a un genocidio, el 97 por ciento de la población fue a las urnas en el 2010, no obstante que allí también el voto es voluntario.

Según la Registradora, los jóvenes y las personas con necesidades insatisfechas son los que menos votan.

Por el contrario, las personas con empleo estable o que pertenecen a un sindicato, una iglesia o una minoría étnica ejercen su derecho al voto en mayor medida

FUENTES;

  1. Texto tomado y modificado para el contexto del artículo; De política y politiquería y el valor de la educación – Las2orillas
  2. https://obsdemocracia.org
  3. Estefanía Carvajal, estudiante de la Escuela de Periodismo de EL TIEMPO.
  4. Fotografía principal Maestro Kostar Peña

.Por Álvaro Pérez Pérez

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