Las primeras versiones indican que al parecer el sicario ingresó por otro sector de la casa en donde el abogado tiene su oficina ubicada a escasos metros del palacio de justicia en Pitalito la reconocida casaquinta de los Molina obra emblemática de Pitalito.
Según las primeras indagaciones se pudo establecer que el abogado fue encontrado muerto por una persona allegada a la familia quien dio aviso a las autoridades sobre el estado en que se descubría el profesional del derecho reconociendo además que había sido asesinado.
Su oficina quedaba al fondo de la casa y era de fácil acceso se conoció. Hasta el momento se especula que su asesinato se habría consumado entre las 5 y 30 pm y las seis de la tarde, aunque no se conoce de qué manera actuó el asesino o si estaba acompañado quienes al parecer dispararon en su humanidad con un arma silenciosa ya que en el sector nadie vió ni escuchó nada.
Su cuerpo registro dos señales de impacto de bala con arma de fuego según las primeras versiones una en su cabeza y otro en el pecho.
En un primer ejercicio las autoridades indagaban presuntos sospechosos sin reconocer alguna captura hasta el momento.
Su última aparición pública fue la noche anterior en la sede del centro cultural de Pitalito quien en representación de un grupo de usuarios reclamaba información clara sobre una urbanización gestada por una comunidad cristiana reconocida y avalada por un líder de la iglesia denominada la voz de Dios.
En ese escenario mantuvo algunas discusiones férvidas con los representantes de la urbanización con el argumento de actuar en defensa al parecer de intereses de los primeros usuarios y fundadores del proyecto sin que se conozca de alguna demanda en particular hasta el momento ante las autoridades interpuesta por el abogado ante dicha organización.
Luis Gerardo Ochoa Sánchez era un destacado jurisconsulto culto y reconocido Laboyano querido por la comunidad participaba en diferentes actividades públicas y privadas desde el Centro Democrático a donde asistía particularmente a sus reuniones.
Su labor se enfocaba en apoyo a las comunidades en defensa de sus derechos y denuncias sobre acciones de corrupción en la región.
Sánchez. Se desempeñó como Personero Municipal de Pitalito durante el periodo 1995-1997. Posteriormente se dedicó a litigar destacándose como un brillante profesional, especializado en derecho administrativo, pero también fue excelente en materia penal.
Hasta el momento no se tiene claridad de la forma como actuaron quienes le quitaron la vida de la forma más vil al destacado y reconocido abogado Laboyano quien deja una familia sin su padre y sin su hijo, y una tristeza grande en la comunidad del sur del Huila.
Varias reacciones se generan a esta hora por parte de líderes, artistas y reconocidas figuras laboyanas que destacan las bondades de este ilustre ciudadano Laboyano recto quien siempre mantenía un buen humor y alegría, y que fue asesinado el dia de Hoy en Pitalito vilmente.
Autoridades desplegaron un operativo envolvente y se analizan cámaras y posibles testigos del hecho en los alrededores.
La excongresita Consuelo González De Perdomo repudió el hecho en su red social; “Total repudio y condena al acto criminal que segó la vida de un reconocido y destacado profesional Laboyano como lo era Luis Gerardo Ochoa Sánchez. Mi sentida y sincera condolencia y toda mi solidaridad para su madre Celmira, Ximena, Marcela, Liliana, sus hijos y demás miembros de esa querida familia, que el Sr les de mucha fortaleza en tan dolorosos momentos”
Así mismo Directivos Fundación para la Promoción y Defensa de los derechos, Nelson Carvajal Carvajal, rechaza el asesinato del ex Personero de Pitalito y dan las más sentidas condolencias a su familia y amigos más cercanos.
Luis Gerardo fue aguerrido hombre que libró las mil batallas en defensa de los necesitados hasta su violenta muerte, solo podemos desearle paz en su tumba.
Como defensores y promotores de los derechos humanos en el municipio de Pitalito, el Huila, y Colombia hacemos un llamado a los gobiernos, Municipal, Departamental y Nacional, para que empeñan sus esfuerzos en la lucha contra la impunidad, igualmente brindando plenas garantías en la protección de la vida y la libertad de quienes con valentía y sin que les tiemble la voz, defienden a los desvalidos, víctimas de la delincuencia común, organizada o de cuello blanco.
Es hora de que pasen de la retórica a la acción, generando resultados en la lucha contra la impunidad, pero también garantizando el ejercicio de los defensores y activistas de los derechos humanos en Colombia.
Exigimos de las autoridades contundencia en las investigaciones para dar con los responsables materiales e intelectuales de este vil crimen, para que como muchos no queden en el archivo de la fiscalía.