Mauricio Díaz Coronado vivía en Neiva, se ganaba la vida transportando cadáveres en el departamento del Huila y a otros sectores del país, cuando era necesario.

Realizando esa labor se desplazó hasta el municipio de San Agustín para trasladar a una niña del centro poblado de Obando que había fallecido en Neiva; luego de llevarla a su destino, compartió el espacio de la cena con unos amigos de la empresa funeraria a la que le había hecho el traslado en el municipio surhuilense.

Aunque tenía la posibilidad, de pasar la noche en San Agustín, decidió viajar en caso de que se requiriera hacer el traslado de otro cadáver, durante la noche, pero jamás imaginó que ese sería su encuentro directo con la muerte.

Los conocidos de Mauricio, lamentan mucho su fallecimiento y resaltan su gran compromiso laboral, su don de gente y de servicio.

Los hechos.

Mauricio salió de san Agustín, con destino a Neiva pasadas las 8 de la noche del 28 de enero y cuando transitaba en el automóvil Renault Clío de placa FAN-868, por la vereda San Calixto a pocos kilómetros del casco urbano de Timaná, colisionó contra un microbús de transporte intermunicipal.

Al parecer la invasión del carril contrario, causó el fuerte impacto que le produjo la muerte al conductor del carro fúnebre que laboraba para funerales la Paz y transportaba en ese instante un ataúd vacío.

Por fortuna de los ocupantes del vehículo de transporte público que cubría la ruta Neiva – Pitalito, sólo una persona resultó con una leve lesión.

 

Fotos: La Voz de La Región.

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