“Desde hace varios días estaba buscando vender mi camioneta, tenía un poco de urgencia porque necesitaba el dinero y había viso varias veces que la página OLX es muy buena para poder vender y comprar rápido, así que decidí publicar el anuncio allí, a los pocos días me contactaron, que estaban muy interesados y hasta nos reunimos aquí en Pitalito, porque según me indicaron los compradores no eran de aquí, me pidieron que les hiciera un descuento y al no acceder no cerramos negocio, sin embargo luego nos contactamos telefónicamente y me citaron a un conjunto residencial donde ellos estaban viviendo hace un par de días y porque tenían proyectado montar en el sur una empresa razón por la que necesitaban una camioneta como la mía”.

“Acudí al sitio indicado a cerrar el negocio, me hicieron pasar a su apartamento, revisamos la documentación del vehículo y me hicieron esperar un momento en una silla, cuando de repente aparecieron los tres hombres armados e insultándome, me golpearon, me amarraron y pusieron alto volumen a su equipo de sonido para que afuera nadie escuchara nada, me dejaron ahí encerrado y se fueron, por un momento pensé que me iban a matar”.

“Esperé por un rato y al ver que no regresaron y no sucedía nada empecé a gritar y pedir ayuda pero por el alto volumen de la música nadie me escuchaba, eso fue como a las 9 y 30 de la mañana, la verdad una cosa como esa no la quiero volver a vivir, pensé que nunca iba a poder salir de ahí y que nunca nadie me iba a escuchar, le alcancé a contar a mi esposa que ya iba a cerrar el negocio de la camioneta pero no le indiqué a donde iba y tenía la certeza de que ella me buscaría, finalmente ya agotado, con sed de tanto gritar, con hambre y desesperado volví a gritar con toda la fuerza que pude porque sabía que ya era de noche y tal vez así me escucharían más fácil y ya como a la media noche creo una señora vecina de donde yo estaba me escucho y por fin abrieron esa puerta, después llamaron a la policía y al salir me di cuenta que también se me habían llevado la camioneta,”

“Hoy doy gracias a Dios porque estoy vivo y no me hicieron nada, y cuento esta historia para que la gente tenga más precaución, a veces por el afán de hacer los negocios termina uno con otras historias como me pasó a mí”.

Éste es el relato de un hombre de Pitalito que en el intento de vender su camioneta arriesgó su vida y perdió su bien material, la historia se publica para alertar a nuestros lectores sobre el riesgo que se corre no sólo al intentar hacer negocios mediante la red con desconocidos, sino también hacer amistades bajo las mismas circunstancias.

Las autoridades recomiendan que a la hora de vender un vehículo como en este caso las fotografías que publiquen no deben mostrar la placa ni mucho menos tomarla donde se vea el lugar de residencia ni un familiar, pues estos terminan siendo datos más que suficientes para los expertos delincuentes.

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