14 años y dos meses de prisión es la condena ordenada por un juez a Campo Elías Vargas Gutiérrez, por abusar sexualmente de una niña de once años y darle dinero a cambio de que se dejara tocar sus partes íntimas.
La sentencia fue impuesta por el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Neiva con Funciones de Conocimiento, al hallarlo como autor responsable del delito de actos sexuales con menor de edad y demanda de explotación sexual comercial en persona menor de 18 años.
Según se conoció, el hombre de 57 años, comercializaba medicamentos en una droguería en su casa ubicada en barrio Las Palmas en el oriente de Neiva.
El testimonio de la menor y las pruebas recolectadas por la Fiscalía, determinaron que el sujeto había realizado la misma acción en repetidas ocasiones desde febrero de 2014 a septiembre del mismo año.
El abuso sexual a la niña quedó al descubierto cuando ella le contó a una prima, posteriormente se conoció que los tocamientos contra la niña, el sindicado los cometía en un baño que tenía en la droguería ubicada en el garaje de la casa, donde la encerraba. “La niña explicó dónde y en qué momentos sucedían los tocamientos en su adversidad…”, señala la sentencia.
Los hechos sucedían en horas de la mañana, cuando la esposa de él se encontraba durmiendo. “Él esperaba que mi mamá se fuera a trabajar y ahí si me llamaba me hacía señas… desde el portón del garaje”.
Vargas Gutiérrez, no solo abusaba de la niña sino que le daba dinero por dejarse tocar. “Me daba diez mil o veinte mil pesos”, dinero que utilizaba para comprar algunas cosas.
El juez señaló que el relató de la menor sobre los hechos son coherentes y razonables. “Aseguró que el sindicado le daba dinero y solía llamarla al teléfono de su casa a recordarle que debía ir hasta la droguería en horas de la mañana, es decir cuando su mamá se había ido a trabajar y la esposa de él aún dormía”.
Agregó el togado que si al momento de los hechos la menor solo tenía 11 años de edad, “no resulta viable colegir (suponer) que ya tuviera la capacidad de haber armado una mentira de tal gravedad contra el acusado…la narración realizada por la pequeña no se encuentra fantasiosa…por el contrario, está dotada de elementos y detalles que la hacen altamente creíble…”.
Fotografía e información: Ole Mi Diario