Pablo Vargas era un verdadero Maestro, nunca le gustó la fama ni las alabanzas del mercado común, ni figurar en las vitrinas del marketing con los productos que él elaborada.. Su verdadera pasión era mostrar con la mayor nitidez impresa con sus manos en el barro que el mismo elaborada con delicadeza, la fuerza del Campo y la Alegría y lucha de su Gente.. Pablo Vargas sin dudas es el Gran Maestro oculto que seguirá mostrando su legado en el mundo del arte.. Su historia no pasará.. Su amor infinito a la familia, a su gente, al Campesino humilde y la gente trabajadora quedó en sus artísticas y magistrales obras talladas con sus manos, obras inspiradas en los cotidianos momentos de su niñez y su vida misma.. Siempre vivirá siempre..
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Hace 10 años el Tiempo Publicaba este reconocimiento a Don Pablo Vargas en Gran Maestro del Huila y Colombia.
Pablo Vargas era un verdadero Maestro, nunca le gustó la fama ni las alabanzas del mercado común ni figurar en las vitrinas del marketing con los productos que él elaborada.. Su verdadera pasión era mostrar con la mayor nitidez impresa con sus manos en el barro que el mismo elaborada con delicadeza la fuerza del Campo y la Alegría y lucha de su Gente.. Pablo Vargas sin dudas es el Gran Maestro oculto que seguirá mostrando su legado en el mundo del arte.. Su historia no pasará.. Su amor infinito a la familia, a su gente, a la gente Humilde y trabajadora quedó en sus lindas y magnificas obras inspiradas en lo cotidianos y su vida misma.. Siempre vivirá-
Así fue el Reconocimiento otorgado al Maestro Pablo José Vargas en el año 2011
Pablo José de detiene más en los momentos del campo y observa con más detalle al hombre y a la mujer, al caballo y al acordeón.
En sus obras como “Don Jacinto” y “Petronila, La Alfarera”, podemos saber el por qué se destaca entre los grandes Maestros de la Artesanía.
Aunque estuvo renuente a postularse, su hija y su esposa lo hicieron por él y por eso a ellas damos las gracias porque para Artesanías es Colombia fue un orgullo entregarle su más merecido reconocimiento.
Pablo se introduce en el mundo fascinante de la cerámica a los siete años, es decir, ya muchos han pasado desde sus primeras figuras de arrieros vírgenes, pesebres, posadas campesinas, músicos, danzantes, jarrones, animales y diversidad de personajes populares; pues en su arte inmortaliza el pasado y el presente de nuestra cultura.
Realiza sus estudios en Garzón, su ciudad natal, donde por petición de algunos ciudadanos de la localidad diseña y elabora el busto del entonces Presidente Encargado: el Doctor Roberto Urdaneta Arbeláez, quien por esos días estaba de visita. Es tal la maestría de la pieza, que por orden expresa de la Presidencia le es otorgada una beca para estudiar cerámica en la Escuela Superior de Artes y Oficios de El Carmen de Viboral en Antioquia, la mejor en su momento.
En la década de los sesenta se traslada a Pitalito como profesor de cerámica de la Escuela Normal Nacional y posteriormente en la Escuela de Artes y Oficios “Lorenzo Cuellar”, es allí donde tiene la idea de reproducir en arcilla buena parte de la Estatuaria de San Agustín, pero liberado de cualquier intención imitativa plasma en su obra nuevos volúmenes que dan forma a vasos, licoreras y diversos objetos utilitarios inspirados en la ancestral cultural.
En su laborioso trasegar por el oficio, Pablo se ha convertido en un fiel observador de la realidad y es así como fascinado por la anatomía del caballo empieza a descubrirlo. Maravillado por su diseño armónico, desde hace 15 años da vida a innumerables figuras de caballos de diferentes razas, formas y movimientos únicos.
Sus obras son hijas del arte y de la naturaleza, le han dado identidad y carácter a la región que lo vio nacer.