El cerebro de los niños no puede ponerse en pausa
Dudo mucho que quienes siguen conteniendo en una olla a presión a punto de explotar la decisión de abrir o no los colegios sepan del desarrollo del cerebro de los niños. Los adultos sí nos podemos poner en pausa. Por supuesto, tal vez nos desesperemos, nos aburramos o hasta nos deprimamos, pero en últimas podemos esperar a que la situación pase. A los niños no los podemos hacer esperar. Hoy en día esto es lo que está ocurriendo, le pedimos a ellos que se sacrifiquen y que pierdan esta ventana irrecuperable mientras que los adultos continúan con su vida.
Ya llevamos casi un año de pandemia y la educación pública sigue sin abrir sus puertas. Con suerte, algunos estudiantes están recibiendo una hora semanal de contacto virtual, en contraste con los estudiantes de varias instituciones privadas que por lo menos están recibiendo alrededor de 20 a 40 contactos virtuales semanales reduciendo parcialmente los efectos colaterales. Una muestra de la desigualdad que siempre ha habido entre la educación pública y la privada y que ahora se ahonda a causa de la pandemia. A esto se suma que para un sano desarrollo cerebral los niños también necesitan de una buena alimentación, y en el caso de muchos que asisten a colegios públicos la comida que reciben allí es la única que ingieren en el día.
Y esta situación no se va a solucionar pronto, por más tabletas que se repartan a algunos niños o con mayor conectividad, iniciativas que se hacen con la mejor voluntad. Naciones Unidas afirma que más del 70% de los niños que no tienen acceso a la educación viven en los hogares más pobres de sus países y no cuentan con los recursos para implementar el aprendizaje remoto. Además, se encuentran en zonas rurales, donde por la difícil topografía no es posible conectarse a internet, incluso ni siquiera radio o televisión. Por otro lado, no todos los colegios se han adaptado a la educación a distancia y siguen esperando a que se dé la luz verde de la reapertura para volver a enseñar o, lo que es peor, a que se erradique totalmente la pandemia, lo cual no va a suceder por lo menos en un año más cuando con suerte todos estemos vacunados.
Por supuesto que cerrar la brecha digital es importante, no solo pensando en la pandemia, sino en general en beneficio de una mejor educación a futuro. Sin embargo, esto no está siendo rápido, ni lo va a ser. La solución que tenemos en las manos ya es abrir de manera presencial y, por supuesto, en paralelo hacer todo para garantizar una mayor conectividad.
#LaEducacionPresencialEsVital y no podemos esperar la vacuna, no podemos esperar a que bajen los contagios, no podemos esperar a que cada institución educativa tenga agua potable. Si está demostrado que los niños no son el foco del problema y que, además, la gran mayoría no se enferma, entonces, ¿qué estamos esperando para hacer valer sus derechos y permitir que su cerebro se desarrolle de manera adecuada y oportuna? Mi petición hoy a quienes toman la decisión de abrir los colegios es que los abran presencialmente de manera prioritaria, tomando como ejemplo a quienes hemos implementado buenas prácticas.
Una vez todos los colegios estén abiertos, los padres de familia podrán decidir si envían a los niños o no, pero el sistema tiene que ofrecerle esa posibilidad a los que quieran.
Los colegios que abrimos presencialmente, y los profesores y niños que asistimos, hemos demostrado que sí se puede generar una nueva cultura escolar basada en el cuidado de uno mismo y de los demás. No se necesitan grandes inversiones ni una infraestructura majestuosa para lograrlo. El enfoque debe ser en generar esa cultura del cuidado, donde primen el distanciamiento, el lavado de manos, el uso del tapabocas y la responsabilidad que asume cada uno de aislarse cuando hay siquiera una mínima sospecha de contagio. Generar esa cultura es determinante y puesta en práctica demuestra la viabilidad de abrir los colegios.
En el caso del colegio que dirijo, tuvimos más de 750 estudiantes yendo en alternancia de septiembre a diciembre y no presentamos el primer caso de contagio relacionado con la asistencia al Colegio.
Es hora de trabajar entre todos por generar en los niños, en esas futuras generaciones, el sentido de comunidad y la cultura del cuidado. Logrando esto, aportaremos a abrir los colegios, a cuidarnos entre todos y, ojalá, a que estas generaciones se desarrollen positivamente en entornos seguros basados en darle a cada estudiante lo que necesita en su desarrollo cerebral, emocional, como personas y como ciudadanos.
Camilo Camargo
FUENTE; https://www.elespectador.com/opinion/el-cerebro-de-los-ninos-no-puede-ponerse-en-pausa/
#LaEducacionPresencialEsVital
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