El 24 de julio de 1969, a las 11:50 de la mañana (hora colombiana) «amerizaban» los tripulantes del Apolo 11. Luego de tener que redirigir el sitio de llegada por mal tiempo, así llegaron a una zona con tiempo estable, 1500 km al sudoeste de las islas Hawái, donde fueron recogidos en el océano Pacífico por los tripulantes del portaaviones USS Hornet.

La reentrada es un proceso con inmensa energía cinética que la cápsula disipa en forma de calor por su rozamiento con la atmósfera terrestre.

Cayendo como un meteoro logran temperaturas de unos 3000 °C. En ese momento se interrumpen totalmente las comunicaciones con la nave durante algunos minutos, período llamado velo negro.

Posteriormente a ocho kilómetros se abren los dos primeros paracaídas para estabilizar el descenso. A tres kilómetros, estos son reemplazados por tres paracaídas piloto y los tres paracaídas principales de veinticinco metros de diámetro. Consiguiendo amerizar exactamente ocho días, tres horas, 18 minutos y 35 segundos después de que el Saturno V abandonara la rampa de lanzamiento.

Como hecho curioso los tres astronautas tuvieron que rellenar y firmar un formulario que les fue entregado por un funcionario de inmigración de la Agencia de Aduanas de los Estados Unidos, declarando lo que traían consigo, en el que aparece mecanografiado como lugar de origen la Luna (Moon) y el de llegada Honolulu. Especificando que traían consigo de su viaje muestras de rocas y polvo lunar.

Dicho documento fue puesto a disposición pública cuando se cumplieron cuarenta años del histórico viaje a la Luna.

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