“Luego de dos intentos fallidos me propuse que la tercera sería la vencida, por eso el 29 de enero de 2017 salí de mi casa en Pitalito a la 1 y 30 de la mañana, preparado y decidido a cumplir mi sueño”.

Esta es la historia de Faiver Augusto Vargas Silva un Timanejo de 34 años radicado en Pitalito que dedica su vida a cuidar de los demás y las cosas de los demás, su hija María José de 5 añitos o “la mona” como él le dice fue su principal motor y motivación para prepararse a dominar la montaña, Faiver trabaja para una empresa de vigilancia, con la cual sustenta a su familia.

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Su travesía inicia con el sueño de su hija:

“Este sueño realmente es de mi mona, ella sueña con jugar en la nieve y le prometí que lo haría por ella; por eso salí y emprendí la ruta, la primera misión era encontrarme con el grupo en Belalcázar Cauca, éramos 11 expedicionarios en total, más dos guías, desde ahí partimos en moto hasta Caloto donde viven los sobrevivientes de la avalancha que produjo el Nevado del Huila en el 1994 todos pertenecientes al resguardo indígena Wila, ahí en Caloto un carro estaba listo para llevarnos hasta el pie de montaña del gran Nevado del Huila”

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Punto de encuentro «Descansado»

 

Inicia la caminata.

“Caminamos río arriba por la ladera que dejó la avalancha, desde la 1:30 y hasta las 4:30 de la tarde donde acampamos la primera noche, esa fue una noche fresca y llena de ansiedad, al día siguiente, seguimos la caminata desde las 8 de la mañana hasta llegar al campamento Verdún y continuamos montaña dentro, hasta el sitio conocido como la Yé donde acampamos la segunda noche porque ya se acercaba el ocaso”.

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Río Páez

Una noche desesperante.

“Esa noche fue muy fría y húmeda, al punto que fue desesperante y agotador 9 de los 11 que íbamos, no aguantaron, desistieron y tomaron la decisión de volver a sus casas, solo continuamos dos y los dos guías, al día siguiente casi congelados salimos a las 8 de la mañana, este ya era nuestro tercer día de travesía, seguimos subiendo hasta el campamento Polaco y cerca del medio día llegamos a Las Piedras donde hay una pequeña caseta metálica donde en algún tiempo ingeominas tenía los equipos para analizar el cambio climático la cual ya está desgastada por la ceniza del volcán y la humedad”.

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Campamento 1

Y allí estaba él.

”A medida que subíamos más, y el agotamiento nos dominaba, el dolor en el pecho por la altura casi no nos dejaba sin respirar, a pesar de sentir que no podía más seguimos caminando una hora adicional, de repente todo se despejó y allí estaba, el pico del imponente Nevado del Huila con su reflejo blanco que casi me enceguecía, lloré de la emoción al verlo, me sentía grande por estar allí y al mismo tiempo pequeño ante semejante maravilla, eso me dio el valor suficiente para seguir avanzando hasta que por fin llegamos al tan esperado campamento Colombia sobre las 3:30 de la tarde el inolvidable 31 de enero de 2017”

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Piedra Ballena

Pensé que me iba congelar.

“Preparamos los camping y pasé la noche más fría de mi vida entre 0 y 1 grados, sentía que se me congelaba la sangre, el dolor de cabeza y el miedo a morir congelado no me permitieron dormir, hasta que por fin se asomaron los primeros rayos del sol, salí tan rápido como pude porque quería verlo de nuevo pero estaba un poco nublado, aunque ya me sentía satisfecho con mi sueño y el de mi mona que era tocar la nieve”.

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Cima del Nevado del Huila

”Desde allí caminamos dos horas para tocar por primera vez las primeras escarchas de hielo, no lo podía creer, estábamos frente a una piedra llamada Ballena, pero ahí estaba con mis pies tocando por fin la nieve, con mi Piolet la pica o bastón que ayuda al ingreso de la nieve y mis crampones o zapatos que sirven para poder caminar sobre el hielo, esas herramientas que me ayudaron en la travesía las construí con mis propias manos”

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Poliet y Crampones elaborados por Faiver

Por fin mis pies tocaron la nieve.

“Caminar sobre la nieve es lo máximo, sentía que caminaba sobre el cielo y tenía el mundo en mis manos, disfrutamos, jugamos, escribimos y el frío empezó a adormecer nuestros pies, tomamos unas pocas fotos porque la baja temperatura agotó la batería de la cámara, sin que pudiéramos tener más evidencia”

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“Regresamos al campamento Colombia para emprender el regreso a casa sobre el medio día, caminamos toda la tarde a paso rápido, estaba tan feliz que tenía energías hasta de correr, pasamos las piedras polaco, nuevamente la ye de Verdún y nos quedamos en La Cabaña… ese día pasé la noche más corta de mi vida, me quedé dormido a las 7 de la noche y cuando desperté eran las 6:30 del día siguiente.

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Caídas de agua en la cordillera central

De regreso.

Estaba feliz porque lo logré, logré dominar la montaña y al mismo tiempo con un poco de nostalgia, porque ya me despedía de ella, llegamos hasta el pie de montaña donde el carro nos regresaría a Caloto y luego culminaríamos con nuestra ruta a casa”

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Cabaña Asentamiento indígena Wila

“Al llegar a casa el cálido abrazo de mi esposa y mi niña me hicieron recordar  el imponente Nevado del Huila, mi pequeña entusiasmada en medio de la gran creatividad de los niños buscaba entre mi maleta un trozo de hielo de la gran montaña, fue imposible traérselo, lo que me queda de la experiencia es que cuando se quiere se puede; llegar al volcán Nevado del Huila, el punto más alto de la cordillera central de los Andes en Colombia con 5.365 msnm, poder respirar y bajar nuevamente a contarlo me demostró que lo imposible está en nuestra mente y a mi hija le prometí que volvería con ella”

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La historia de Faiver, desde la visión de www.aldeasur.com, es un homenaje a los luchadores quienes desde sus humildes labores nos permiten soñar que todo es posible y demostrar que cuando nos trazamos una meta, podemos superar hasta nuestros propios límites.

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