21 muertos por la explosión de un coche bomba en la Escuela de Policía de Bogotá

El número de muertos en el atentado con un coche bomba perpetrado este jueves contra una academia de la Policía en Bogotá subió a 21, incluido el terrorista, informó esta noche esa institución, según la cual hay además 68 heridos.

«Lamentablemente, el saldo preliminar es de 21 personas fallecidas, incluyendo al responsable del hecho, y de 68 heridas, quienes fueron trasladadas a distintos centros asistenciales con el apoyo de organismos de socorro y emergencia del Distrito» de Bogotá, señala el comunicado divulgado por la Policía

Un terrorista entró a la fuerza a la Escuela de Oficiales General Francisco de Paula Santander, en el sur de Bogotá, y estalló el coche-bomba que conducía. Mató a 21 uniformados e hirió a 68 más, algunos en estado muy grave, el atentado más sanguinario ocurrido en Bogotá en los últimos años. En caso de confirmarse que fue el mismo criminal quien activó el explosivo y murió en el acto, sería la primera vez que un terrorista se inmola en la nación sudamericana.

Los hechos ocurrieron a las 9.30 de la mañana del jueves (15.30 en la Península ibérica). Un individuo, de nombre José Aldemar Rojas Rodríguez, llegó al puesto de control del centro académico más importante de la Policía en el país. Según informaciones preliminares, el perro antiexplosivos que examina los vehículos detectó algo sospechoso, momento en que el asesino aceleró y arrolló a un agente para ingresar de manera violenta a las instalaciones. Aunque tres guardias corrieron tras él y alguno disparó contra el coche, siempre conforme a declaraciones de testigos a medios locales, pudo recorrer unos trescientos metros hasta estrellarse contra el alojamiento de las mujeres, situado frente al comedor de los cadetes. En ese momento explotó la bomba de gran potencia.

Entre las víctimas fatales, estarían los guardias que le persiguieron así como estudiantes femeninas que se encontraban en ese momento en la entrada del dormitorio. Los heridos son en su mayoría cadetes y también hay alumnos de otros países latinoamericanos que estudian en el alma mater de la oficialidad de la Policía colombiana. La mayoría de ellos fueron trasladados a la Policlínica de la Policía Nacional y el resto a diferentes hospitales de la capital. A lo largo de la mañana debieron hacer llamados a la ciudadanía para que donaran sangre de los tipos menos frecuentes.

El Fiscal General del Estado, Néstor Humberto Martínez, realizó una breve declaración a las 13.30, hora local, (19.30 en la Península) para informar que gracias a las averiguaciones de policía y el CTI (cuerpo de investigación de la Fiscalía) ya habían logrado identificar al terrorista -Rojas Rodríguez- de quien no facilitó más detalles. También sabían que conducía un todoterreno Nissan Patrol gris, de 1993, que quedó totalmente destrozado, y descubrieron que había pasado la revisión técnico-mecánica el 27 de junio de 2018, en Arauca, capital del departamento del mismo nombre, fronterizo con Venezuela y donde el ELN ejerce gran control.

«Expertos en explosivos indicarían que estaba cargado con 80 kilos de petrolita«, agregó Martínez en su exposición que siguió a unas pocas palabras del Presidente Iván Duque.

El mandatario se encontraba en viaje oficial en Quibdó, departamento del Chocó, al oeste del país, y viajó de inmediato a Bogotá para encabezar un Consejo de Seguridad.

Pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas, que recordó que eran estudiantes desarmados, para a continuación repudiar el hecho. «Es un ataque no solo contra la juventud ni contra la fuerza pública, es un ataque contra toda la sociedad«, manifestó. «No nos doblegarán. Ni un paso atrás contra quienes atacan miserablemente a los colombianos».

Ni Duque ni el Fiscal General señalaron a ningún grupo armado como posible cerebro del atentado, si bien el ELN ha estado detrás de los últimos ocurridos en Bogotá. El Ministerio de Defensa, por su parte, decretó de inmediato un Acuartelamiento en Grado 1 en todo el país y los familiares de los estudiantes de la citada Escuela, que no habían podido comunicarse con ellos durante toda la mañana, debieron aguardar hasta pasado el mediodía para ingresar a las instalaciones y encontrarse con los chicos.

De momento una hipótesis apunta a que la bomba explotó cuando se accidentó el todoterreno; otra, a que alguien la habría activado por control remoto, sin descartar la posibilidad de que se trate de un kamikaze, posibilidad que se antoja extraña en un país donde los asesinos siempre intentan escapar y salir indemnes.

Cabe recordar que desde que las FARC y el gobierno anterior firmaron el acuerdo de paz, ha sido el ELN el que ha tomado el relevo del terrorismo. Hace un año, el 27 de enero del 2018, esa banda armada hizo explotar un paquete bomba en una estación de Policía de Barraquilla. Murieron cinco policías y quince resultaron heridos en un atentado que generó gran conmoción porque la capital del departamento del Atlántico no solía ser objetivo de los terroristas. Aquél acto provocó que el entonces Presidente, Juan Manuel Santos, suspendiera las conversaciones que sostenían en Quito, Ecuador, con el ELN para buscar una salida política similar a la lograda con las FARC.

Fueron también organizaciones criminales vinculadas al ELN en Bogotá, las autoras de la muerte de una turista francesa por una carga explosiva situada en el baño del centro Comercial El Andino, en junio de 2017. Cuatro meses antes asesinaron a un agente y quedaron heridos cuarenta personas con otra bomba situada en una alcantarilla, junto a la plaza de toros, en una tarde de corrida.

con fuente de   www.elmundo.es

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