El escualo se jugó la vida con tal de degustar una ballena muerta junto a la misma arena.
En el vídeo puede verse cómo el tiburón tigre, de cuatro metros de largo, descansa sobre el cuerpo de la ballena jorobada en la playa de Ponta y queda varado. El fuerte oleaje cambia de dirección al cuerpo sin vida de la ballena y lo acerca a la orilla.
Además de atraer a una multitud de bañistas, el enorme cadáver del cetáceo también ‘invitó a comer’ a unos 30 tiburones tigre, 20 tiburones toro y hasta 10 tiburones oscuros.
Filmado en Mozambique/Daily Mail.
Información *RT
Fotografía * Wp/Albert Kok