La pandemia es “impredecible” y nadie sabe cuándo terminará, dijo un reconocido infectólogo francés

El director del Instituto de Salud Global de Ginebra, Antoine Flahault, consideró, en diálogo con Infobae, que es muy probable la aparición de nuevas variantes del COVID-19 que extiendan la crisis sanitaria

Antoine Flahault es doctor en medicina y biomatemáticas, y uno de los expertos mas reconocidos en EuropaAntoine Flahault es doctor en medicina y biomatemáticas, y uno de los expertos mas reconocidos en Europa

¿En que etapa de la pandemia estamos? ¿Llegaremos a construir defensas suficientemente resistentes para convertir la circulación del virus SARS-CoV-2 en una infección endémica? Estas y otras preguntas comienzan a repetirse mientras la variante Ómicron se reproduce, al mismo tiempo que algunos estiman que será la responsable de lograr la barrera inmunológica protectora que hasta ahora no hemos podido alcanzar.

Pero hay varias advertencias. Los epidemiólogos repiten que las características de Ómicron podrían actuar como una especie de espejismo dentro del proceso pandémico, haciendo que la aparición de una próxima variante nos vuelva a hacer retroceder. La llegada de las vacunas a principios de 2021 ha reavivado la esperanza del control de la pandemia, aunque su vulnerabilidad para ser un barrera contra la propagación o contagio del virus también las han puesto en el debate, incluso cuando son absolutamente eficaces para detener las hospitalizaciones y muertes.

Flahault puso en perspectiva la idea de que esta ola sería la última de la pandemia, incluso cuando algunos países como España proponen que la crisis sanitaria sea ya tratada como una gripe. El experto invita a interpretar con mucha cautela la ralentización en la progresión del COVID-19. “Esta pandemia es impredecible”, afirma, y es posible que “haya una próxima variante” que extiendan la crisis sanitaria.

– ¿En qué etapa de la pandemia considera que estamos?

– Estamos en la cuarta variante del Sars-CoV-2 con extensión mundial: la cepa inicial de Wuhan, la variante Alfa, luego Delta y ahora Ómicron. La variante Ómicron es menos virulenta pero mucho más transmisible que las anteriores y podría infectar a más del 50% de la población mundial en pocas semanas.

– ¿La ola actual es realmente la última o frente a Ómicron la inmunidad colectiva es un puro espejismo? Muchos de sus colegas sostienen que Ómicron es tan distinta que la consideran un “OVNI“ entre las variantes, ya que frente la llegada de una nueva mutación de nada serviría la inmunidad generada.



Esta pandemia es impredecible. Nadie anticipó la llegada de Ómicron el pasado mes de noviembre, y nadie sabe cuál será la próxima variante, aunque es muy probable que haya una próxima variante. Tampoco se sabe cuáles serán las características de esta o estas próximas, tanto en cuanto a transmisibilidad, virulencia o capacidad de evadir las vacunas existentes.

– ¿Cómo piensa que vamos a construir el muro para frenar al coronavirus?

– Hay dos represas inmunes que uno puede tratar de construir contra este coronavirus. La primera es la inmunidad natural, es decir, los anticuerpos contra el virus. Esta represa no es muy resistente contra el virus ya que las personas que están incluso triplemente vacunadas o que se han recuperado de COVID-19 pueden contaminarse con la variante Ómicron. La segunda represa consiste en la inmunidad por células. Parece mucho más sólido frente a los ataques de las diferentes oleadas, y en particular la última oleada Ómicron. La inmunidad mediada por células es lo que nos permite prevenir formas graves de infección y, por lo tanto, ayuda a reducir el riesgo de hospitalización y muerte. Así, la vacunación con tres dosis reduce más el riesgo de formas graves que la vacunación con dos dosis, lo que a su vez reduce drásticamente el riesgo de formas graves en comparación con personas no vacunadas que no han tenido COVID-19 antes.

Antoine Flahault, epidemiólogo advirtió hace tres dias: "Hay que tener mucho cuidado con la supuesta benignidad de la variante Omicron"Antoine Flahault, epidemiólogo advirtió hace tres dias: «Hay que tener mucho cuidado con la supuesta benignidad de la variante Omicron»

– En referencia a la variante Ómicron, ¿cree que estamos ante una variante tan extraña respecto de sus predecesoras que puede generar una falsa expectativa?

– No podemos predecir esta pandemia a muy largo plazo ni siquiera a medio plazo. Estamos ante una variante altamente transmisible y menos virulenta. Pero es posible que en número absoluto haya tantas o incluso más formas hospitalarias graves y muertes con Ómicron que con las otras variantes, debido al altísimo número de contaminaciones. Es probable que esto sea aún más cierto en países donde la cobertura de vacunación es baja.

– Se esta comenzado a minimizar la pandemia: ¿qué opina de la propuesta de España de poner en marcha la vigilancia del COVID-19 como si fuera una gripe?

La dinámica epidémica de la variante Ómicron es más cercana a la de la influenza que las variantes anteriores. En términos de vigilancia de la salud, por lo tanto, es necesario adaptar los instrumentos de medición y el uso de técnicas de muestreo poblacional permitiría mejores estimaciones del número de personas infectadas que las PCR que se realizan a toda costa actualmente.

– ¿Considera que le hemos perdido la pista al virus por la explosión de casos?

No le hemos perdido la pista al virus, pero es cierto que estos brotes epidémicos se descontrolan donde hay un crecimiento exponencial, luego a las pocas semanas llega el momento del pico epidémico y el declive. Ahora parece que el Reino Unido y Dinamarca, en Europa, están alcanzando su punto máximo, una o dos semanas antes que otros países del subcontinente europeo.

– Empieza a sentirse cierta relajación, se subestima la pandemia, se cuestionan las medidas sanitarias. ¿El COVID-19 ya es un resfriado? ¿Es hora de levantar las restricciones?

– No conozco un resfriado que envíe al hospital al 1,5% de los pacientes, al 15% a las salas de cuidados intensivos. Tenemos una mortalidad ciertamente inferior a la vinculada a las variantes anteriores, gracias en particular a la vacunación, pero aún es muy importante. Ningún frío invernal ha llevado a tantos niños a hospitales y cuidados intensivos como hoy en día en Europa o Estados Unidos. Por lo tanto, la comparación con el resfriado común me parece muy irrelevante.

– Bueno, ¿unos días antes de volver a las aulas en Europa? ¿No pueden mantener las clases abiertas?

– El problema de las escuelas ha sido particularmente sensible desde el inicio de la pandemia. La mayoría de los gobiernos de los países europeos se han tomado muy en serio el deseo de mantener las escuelas abiertas tanto como sea posible. En ocasiones han minimizado el papel de los niños en la propagación activa del virus y eso no les ha llevado a hacer lo más seguras posible las aulas y comedores de los colegios, que resultan ser lugares altos de transmisión del coronavirus. Mostramos en Suiza que las aulas mal ventiladas se asociaban más a menudo con infecciones por coronavirus. Sin embargo, más del 60% de las aulas de este estudio estaban mal ventiladas.

Frente a la demanda de pruebas PCR, Flahault sostuvo que podríamos usar un instrumento de encuestaFrente a la demanda de pruebas PCR, Flahault sostuvo que podríamos usar un instrumento de encuesta

Antoine Flahault, doctor en medicina y biomatemáticas, es cauto al dar pronósticos, y cuidadoso en generar esperanzas prematuras“Si surge una variante el próximo otoño, este escenario optimista corre el riesgo de decepcionar a la gente. De hecho, no se puede descartar por completo una perspectiva más oscura: la de una evolución de mutación en mutación, hacia un virus más rebelde y altamente transmisible”, ha alertado en varias entrevistas.

Para el científico estos escenarios deben permitir que los decisores se anticipen. En otras palabras, desplegar acciones preventivas. Dado que este virus se transmite –como se ha repetido bastante– por aerosoles en ambientes cerrados, el reto es claro: se trata de equipar los interiores frecuentados –escuelas y universidades, lugares de trabajo, comercios, espacios culturales– en sensores de CO2 eficientes, ventiladores y purificadores de aire. Todo esto para respirar sin infectarse, conviviendo con un virus tan transmisible.

Juan Dillon

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