Los psicólogos y psiquiatras, son los profesionales encargados directamente de hacerle frente a muchas de las situaciones conflictivas, en las que el ser humano se ve envuelto a diario. A decir verdad, son múltiples los casos tratados y que de una u otra forma, son parcial o finalmente solucionados. Empero, hasta que las personas no comprendamos que nuestro planeta está sufriendo cambios energéticos determinantes, seguiremos etiquetando a quienes sienten este cambio en sus organismos, como individuos bipolares.

Sin lugar a dudas, es un alivio solucionar una situación emocionalmente negativa; lo que sabemos, pero no ponemos en práctica, es que, la cura a nuestros dolores no proviene del exterior. La única persona que puede cambiar el panorama de su rumbo eres tú mismo. Así que, la próxima vez que pienses en culpar a algo o alguien, analiza muy bien todo lo acontecido y reflexiona antes, si de una u otra manera tuviste responsabilidad en dicha situación. En ese momento estás siendo Causa, te estás revisando por dentro hasta que llegues a la raíz de tus propios males. Algunos lo llaman, biodescodificación, otros, meditación; para nuestro fácil comprender, lo llamaremos reflexión interior y, al contrario de lo que pudieses pensar, no es de sentarse un par de minutos y cerrar los ojos, es diferente, es ser consciente de cada momento, reflexionar en cada instante y aprovechar cada minuto para amar a las personas que te rodean, ellas son maestros y además un gran regalo para ti. Cuando la depresión aparece en nuestras vidas, su mayor característica es la abundancia de tristeza, y entonces comienzan las estaciones hacia el inframundo, hacia el tren de la muerte, una solución aparentemente fácil y en ocasiones penosamente ejecutada. Has comprado inconscientemente y de forma gratuita, un tiquete que de no estar alerta puede ya no tener retorno. Por ende, primero te invito a que aprendamos a identificarlas para que nunca nos subamos en él.

Primera Estación: El abatimiento personal es una de las primeras manifestaciones a nivel mental y emocional; tus fuerzas físicas se disminuyen y tu moral puede verse totalmente menguada. Tu postura corporal cambia, tus ojos van abajo al igual que tus hombros y el cortisol inicia una fiesta libertina en tu cuerpo, matándote lentamente. Te invito para que te hagas estas sencillas preguntas y no solo las respondas mental o verbalmente, sino que te des la oportunidad de escribirlas, así podrás descargar esa energía que te está haciendo daño: ¿Qué te hace perder la esperanza? ¿Qué te hace sentir cansado(a)? ¿Qué es aquello que te hace rendir?

Segunda Estación: entonces, aparece la infelicidad; te sientes desgraciado y la tristeza abunda debido a un gran dolor o aflicción, el cual se ha convertido en sufrimiento debido a la forma maquiavélica en como el ego, larva, o gusano mental, trabaja en tu cabeza para drenar tu energía vital, haciéndote sentir vació y desconectado de todo y de todos. Sé que te sonará a cliché, pero por experiencia propia te digo, que el dolor es necesario para depurar tu espíritu y hacerlo más fuerte en su aprendizaje. La elección de sufrir o no, es completamente tuya. Pregúntate entonces: ¿En qué estás pensando cuando te invade la tristeza? ¿Tienes algún apego con alguien? ¿Cuál es la vida que sientes que te mereces? ¿Qué te duele en el alma? ¿Qué te gustaría decirle a alguien y por orgullo u otro motivo no te has dado la oportunidad?

Tercera Estación: La culpa, es una especie de impulso interno por haber hecho algo incorrecto. En un inicio está bien sentirse mal por no haber hecho las cosas bien, es nuestra consciencia ajustándonos de forma suave pero sabia; sin embargo, si dejas que prospere peyorativamente en tu interior, será aprovechada por el ego y se tornará como un cáncer que te carcome a diario, al cual le estás dando el permiso para ello. Respondamos con el corazón: ¿Te sientes culpable de algo? ¿De qué? ¿Quién crees que es el culpable de tu situación actual? Si dijiste que eres tú, por favor responde: ¿Cuál es el beneficio de seguir sintiendo culpa? Si no obtienes ningún beneficio, ¿qué estás esperando para perdonarte?

Recuerda que tu mente a través del ego, larva o gusano mental, proyecta y habla incluso como la persona o personas que tienes en tu mente, toma esas formas para seguir succionando tu energía vital y así no dejarte escuchar la voz de tu corazón; el gran error es seguirle el juego a esas voces. Si has pasado por las estaciones antes mencionadas y sigues aquellos susurros, tu estado actual, impulsado por la ansiedad, se adentrará en algo que se conoce como anhedonia, un momento tremendamente dañino, donde ya no sentirás ningún tipo de placer por la vida, donde no se celebra un amanecer, una luna florecida, una rosa sonrojada o un pájaro en su elegante volar. Si has llegado hasta ahí, ¡prende las alarmas!, estás a un solo paso de comprar gratuitamente, los tiquetes para un viaje donde jamás habrá regreso, arriesgándote a dejar de ver y descubrir todo lo maravilloso que la vida tiene para darte. Bájate de ese tren, devuélvete y compra un tiquete para tomar el tren de la Vida, que irónicamente, también es gratis. Estas son las estaciones que traemos para ti, son sencillas y si tomas acción, podrás abordarlo y empezar a vislumbrar lo maravilloso de estar vivo:

Estaciones al Tren de la Vida:

1. Ejercítate: Sin importar que tan fuerte sea el dolor, sin importar que el mundo parece venirse encima y que tu cuerpo pesa demasiado, levántate, sal y haz ejercicio: camina, trota, monta bicicleta, recorre una montaña, conéctate con la naturaleza. El ejercicio libera dopamina, sustancia que te permite de nuevo abrir tus ojos y tomar aliento para seguir adelante con alegría y otra perspectiva. Sin que te des cuenta, empiezas a sanar.

2. Motívate tú mismo: Jamás esperes a encontrar la felicidad en otra persona o en algo externo. Mario Moreno, Catinflas lo enseñó sutil pero certeramente: “La primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda es hacer feliz a los demás”. Tú eres un ser brillante, recuerda: La soledad es la edad que ha alcanzado un sol. Ya no se siente solo, pues maduró lo suficiente para llenarse de su propia Luz. Sé un sol, disfruta de tu sol-edad, tómala como un gran regalo que la vida te da para que te adentres en el reino de lo inmaterial, en donde solo tú tienes acceso, aliméntate de tu ser, dando gracias por absolutamente todo.

3. Perdonarse a uno mismo: Veamos la enseñanza insoslayable del Maestro de maestros: Cuando la adúltera iba a ser apedreada, y se le pidió la opinión al Cristo, él les dijo: “Aquel que esté libre de pecado que lance la primera piedra” ¿Recuerdas? Ninguno hizo nada, él le expresó que ni siquiera él la juzgaba y agregó: “Tu imperfección te es perdonada, vete y perfecciónate” Cada paso, cada caída, cada dolor, te forja como un guerrero en busca de su perfección. Agradece por todo, sigue adelante, camina, sueña, lleva tu amor por todas partes, siembra esperanza y regocíjate con la Vida, esa que no se queda con nada y que vive dentro de tu propio corazón. La Vida espera por ti, ¡Se indetenible!

4. Asómbrate: Si pasaste por las primeras tres estaciones, te garantizo que esta cuarta llegará por si sola como complemento. Nuestro cerebro es teleológico. Cuando los objetivos cambian, él, impulsado por la naturaleza divina del corazón, se enfoca en las ideas hechas vida. Levanta tu mirada hacia el cielo, mira lo hermoso del azul en el día, la maravilla de las estrellas en la noche. Dedica tiempo para sentir la fragancia de una flor, el susurro del viento en tu rostro y el calor del sol en el día, la sonrisa de un niño, el resplandor de un arcoíris. Vive, canta, baila, se feliz porque te lo mereces. ¡Celebra la Vida Guerrero! Estas son solo cuatro. ¿Cuántas maravillas nos falta por descubrir?

Para  www.aldesur.com  Por: Fánor Iván Benavidez T.  Consultor y Coach de Vida

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