La noche más larga del año empieza esta tarde-noche, anunciando la llegada del invierno. A partir del cual las horas de luz irán aumentando en progresión hasta la llegada del nuevo solsticio de verano, repitiéndose el ciclo una vez más.
El solsticio de invierno se producirá exactamente a las 23:23 horas del viernes 21 de diciembre (hora de España), según señala el Observatorio Astronómico del instituto Geográfico Nacional (IGN). Así mismo, informa que la estación durará casi 89 días, concretamente 88 días y 23 horas, finalizando el 20 de marzo de 2019 con el comienzo de la primavera.
Muchos piensan que si se trata del día más corto del año, inevitablemente será el día en el que el Sol sale más tarde y se pone antes. Pero es una creencia errónea. Esto es debido a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica. De hecho, el día en que nuestro astro rey se pone más pronto ya ha pasado (el 8 de diciembre) y el que sale más tarde aún no ha ocurrido (se espera para el 3 de enero, cuando la Tierra estará a 147.097.243 kilómetros del Sol).
Esta es la misma razón de que un reloj solar y nuestros relojes, basados en un Sol ficticio, estén desajustados.
El Sol «no asciende»
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más austral. El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación sur (-23º 27′) y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia, y por eso, a esta circunstancia se la llama también solsticio («Sol quieto») de invierno. En este instante en el hemisferio sur se inicia el verano.
El inicio del invierno puede darse, a lo sumo, en cuatro fechas distintas del calendario (del 20 al 23 de diciembre). A lo largo del siglo XXI, el invierno se iniciará en los días 20 a 22 de diciembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003.
Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).
Los protagonistas del cielo se irán alternando durante el trascurrir de la velada.
Mercurio, por ejemplo, tan solo aparecerá con un perfil muy bajo durante las primeras luces del crepúsculo. Marte también lucirá durante el principio de la noche entre la constelación de Aquario, donde también brillará Neptuno, y la de Piscis, lugar en el que se irá el planeta rojo irá apareciendo a partir del día 22. Urano, el planeta celeste y el tercero más grande del sistema solar, brillará toda la noche en las estrellas de Aries. Venus, en cambio, tan solo aparecerá hacia el final de la noche.
Luna brillante
El espectáculo irá acompañado por una brillante luna cercana a su fase total, que finalmente alcanzará a la noche siguiente, es decir, del 22. En estos días también se podrá observar el paso del cometa 46P/Wirtanen por las cercanías de la Tierra. En este caso, aunque el cuerpo celeste ya no esté en su momento de máximo esplendor, también podría llegar a verse a simple vista entre los cúmulos estelares de las Pléyades y las Híades.
En el resto del manto estrellado, por si fuera poco, también podrá presenciarse la lluvia de estrellas de las Úrsidas, activa desde el 17 hasta el 26 de diciembre. Este espectacular fenómeno astronómico, aunque mucho menos vistoso que las Perseidas o las Gemínidas, podría dejar hasta 10 meteoros por hora.