Especialistas en el tema de sismos, desastres y construcciones sismo resistentes afirman que el terremoto de 7,8 de magnitud ocurrido en Ecuador, y que deja hasta el momento 246 muertos y 2.527 heridos, entre ellos un colombiano, podría ser desastroso para un país como el nuestro.

Gustavo Wilches- Chaux, especialista en Derecho Ambiental y Gestión del Riesgo, y que se presenta a sí mismo como un “exalumno del terremoto de Popayán y con un postgrado en el terremoto del Eje Cafetero”, afirma que Colombia debe estar lista siempre para un sismo de este tipo al encontrarse en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico.

“Todos los países que nos encontramos sobre el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico estamos expuestos a que algo, como lo sufrido en Ecuador, vuelva a ocurrir en cualquier parte de ese cinturón. De hecho, este sismo ocurre muy cerca de donde ocurrió uno de los terremotos más fuertes que se han registrado en Colombia, el 31 de enero del año 1906 al frente de Tumaco, en los límites entre Ecuador y Colombia. Se calcula que fue un terremoto de 8.8 de magnitud”, relata Wilches- Chaux.

Pero ¿Qué es el Cinturón de Fuego del Pacífico?. Es todo el anillo continental que rodea al Océano Pacífico. Desde la Patagonia el sur de Chile, subiendo por toda la costa pacífica suramericana, pasando por Perú, Ecuador, Colombia, subiendo por la costa pacífica centroamericana, norteamericana, y dando la vuelta por Alaska hasta bajar al Japón y Australia. “Es un anillo donde se está dando permanentemente una dinámica de placas tectónicas”, especifica el experto.

Wilches- Chaux explica que la corteza de la tierra no es una masa compacta, sino que es como los huesos del cráneo que se articulan unos con otros. “Con la diferencia que los huesos del cráneo están quietos y en cambio la corteza de la tierra se está moviendo unas placas con respecto a otras”, indica.

En el caso suramericano y en la parte norte, según Wilches- Chaux, nos vemos muy afectados por la placa de Nazca. “La placa de Nazca se está metiendo por debajo de la placa suramericana, sobre la cual flota el continente suramericano. Y es una dinámica que genera muchos sismos. Anualmente se producen por lo menos 1.500 sismos en magnitudes entre 5 y 7,9. Y si vamos por debajo de 5, como esos que ocurren diariamente en la mesa de Los Santos, Santander, serían millones de sismos”, agrega.
Para Wilches el terremoto de Ecuador no es un fenómeno inusual y dice que puede ocurrir en cualquier parte. “Mañana podemos tener otro similar en Colombia, Chile, o como el que está ocurriendo en el Japón. Lo que sí es muy importante indicar es que no hay una relación directa de causa-efecto entre unos y otros. Si bien todos son manifestaciones de la dinámica de la tierra, que muestran como la corteza está en una dinámica permanente, no puede derivarse de ahí que el terremoto de Japón haya disparado el terremoto de Ecuador”, concluye el experto.
“No se podría decir que hay una oleada de terremotos, simplemente ocurren y ahora a través de los medios de comunicación y las redes sociales nos damos mucha cuenta de esto”, agrega.

El caso colombiano

Para el experto siempre hay que estar preparado para que ocurra un terremoto, pues Colombia es una zona donde existen distintos niveles de amenaza de fuertes sismos.

“Hay sitios donde tiembla muchísimo, por ejemplo el Chocó. O en ese nudo entre Santander, Norte de Santander, alrededor de la Mesa de Los Santos, no hay un solo día en que no haya un reporte. Pero son sismos leves y profundos, porque allí chocan tres placas: la placa suramericana, la de Nazca y la del Caribe. Esto quiere decir que el día que no tiemble es que algo muy grave está pasando en el centro de la tierra”, revela.
Según el experto, Bogotá es una zona con amenaza sísmica intermedia. “Sin embargo hay que recordar que un terremoto que ocurra por ejemplo en la falla frontal de la Cordillera Oriental, o sea en el Pie de Monte Llanero, puede afectar gravemente a Bogotá, como sucedió hace unos años con el terremoto de Quetame (Cundinamarca). Y si un sismo ocurre en la Costa Pacífica puede generar también muchos estragos en Bogotá, como sucedió en 1985 con el terremoto de México. Pues Bogotá que es una ciudad construida, como Ciudad de México, sobre un antiguo lago un terremoto muy fuerte en el pacífico podría generar efectos grandes en la capital”, informa.

Omar Darío Cardona Arboleda, doctor en Ingeniería Sísmica, consultor en Gestión del Riesgo y una de las personas que impulsó el código, afirma que las normas sísmicas en Colombia tienen exigencias diferenciales dependiendo a ese grado de amenaza sísmica que hay en diferentes zonas del país. “No es la misma amenaza sísmica la que hay en Medellín, que en Santanderes, Cali, el Eje Cafetero, o que en el Pacífico. La amenaza cambia y por lo tanto dependiendo de ese grado de amenaza, para los cuales hay que hacer estudios muy detallados y científicos, se exigen unos requisitos de construcción que se tienen que cumplir”, indica.

“Una cosa que no tuvo nada que ver con un terremoto, pero que demuestra que a veces nos descuidamos, es lo que pasó con las Space Towers en Medellín. Eso implica que a pesar de que llevamos tantos años con un Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes, pregonando la necesidad de tenerlo en cuenta, ocurre que hay construcciones que albergan muchísima gente y que no toman en cuenta ese tipo de normas. Esos edificios se cayeron sin necesidad de un terremoto, imagínense donde hubiera ocurrido un gran temblor”, critica el experto.

Por su parte, Cardona Arboleda se pregunta cuántas edificaciones como Space podrían estar en esa situación. “Un sismo es como el examen, para ver si se han cumplido los requisitos o no. Muchos de esos edificios pueden no caerse en este momento porque no han sido exigidos y sometidos a unas fuerzas mayores a las de sus propios pesos. A lo mejor si están al límite con un terremoto pues se revelan todas esas deficiencias y problemas que hay en la construcción en el país”, indica.

La necesidad de una política clara en sismo resistencia

Por eso para estos dos expertos es importante seguir al pie de la letra el Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes, que nace luego del terremoto de Popayán en 1983, y que se ha venido actualizando a nivel de los años y los avances en materia científica.

“Una de las razones principales por las cuales hay daños en los terremotos se debe a que no se ha construido con normas sismo resistentes. Es decir, edificaciones antiguas, informales, que son la mayoría. Hay una gran cantidad de edificaciones construidas antes de que las normas se comenzaran a aplicar en Colombia. Muchas partes se construyeron antes de los años 80, pero también hay un conjunto enorme, que es el más grande que es el de la vivienda informal que se hace sin control urbano. Esa es la parte más grave porque esas edificaciones no cumplen con nada”, agrega Cardona Arboleda.

Según Cardona, hay estudios que indican que Bogotá es una ciudad que tiene más del 62% de su construcción informal. “Y Medellín debe ser del mismo orden o peor, pensemos que pasa con todas esas construcciones que se ven en algunas zonas periféricas. Medellín tiene unas áreas enormes de construcción informal”, asegura.

Pero también, hay otra gran cuota de actores que intervienen en los procesos de construcción que no tienen en cuenta el ordenamiento territorial, las características de los suelos, el tipo de estructura.

“Fíjense en cuál es la diferencia de una buena preparación y de una buena sismo resistencia. Un terremoto en Haití genera un desastre grandísimo y un terremoto más fuerte en Chile genera algunos daños. En el terremoto del Japón hay 40 muertos mientras en el de Ecuador ya van 235. La diferencia la hace en gran medida la sismo resistencia”, agrega.

Cardona, aclara que hay que tener mucho cuidado con estas comparaciones, pues las intensidades dependen de muchas cosas. Primero de la distancia del epicentro. “El de Popayán de 1983 fue solo de 5,5, y ese es un terremoto que ocurre cientos de veces a la semana en casi todo el mundo, pero el problema fue que ocurrió debajo de la ciudad a 5 kilómetros de profundidad, entonces por eso hay que tener cuidado con las comparaciones”, aclara.

Wilches Chaux asegura que en el Japón ya logran avisar con segundos de anticipación cuando va a ocurrir un gran sismo. “En el Japón comienzan a sonar todos los teléfonos y esa es una señal de alarma de que viene un sismo. Son avances que antes no existían. Y yo me pregunto si es mejor que en Colombia en este momento no existan. El avance científico y tecnológico va mucho adelante que los avances en gobernabilidad. Imagínate que pasaría en Colombia si hoy domingo saliera un anuncio que el martes en la mañana va a ocurrir en Colombia un gran terremoto”, termina preguntándose el experto.

Para Cardona, esta clase de cosas pasan en todo el mundo, no solo en Colombia y dice que en este país existen unas normas de primera línea, de las mejores del mundo. Pero critica que los curadores den licencias de construcción a un edificio que no cumple con los lineamientos. “Eso no es problema de un Gobierno sino de un corrupto, el problema es del curador y de un constructor que soborna al funcionario. Es la actitud de la gente el problema, es un problema cultural. Una incapacidad de hacer cumplir las normas”, concluye.

POR SANTIAGO CÁRDENAS H.  EL COLOMBIANO

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