Steven brandenburg de 42 años trabajaba en el centro médico de Aurora de Grafton en Wisconsin Estados Unidos, impulsado por sus creencias de conspiración he ideas extremistas, tomó la decisión de destruir aproximadamente 570 dosis de la vacuna contra el coronavirus ya que según él eran  “obra del diablo”. Steven pensaba que esta vacuna no solamente traía un microchip sino que también hacia infértiles a las personas.

El farmaceuta ahora está detenido por la policía de esta localidad y en la corte se declaró culpable, dijo que no estaba pasando por un buen momento, que estaba en medio de un divorcio y no dormía bien. Ahora se encuentra esperando el juicio de su condena la cual podría ser hasta 10 años tras las rejas y con una multa de 250 mil dólares.

 

Con información de Noticias Caracol

Foto tomada de la web

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