El Gobierno amplía el confinamiento: “Los trabajadores de actividades no esenciales deberán quedarse en casa”
Sánchez convoca un Consejo de Ministros extraordinario este domingo para aprobar la medida y urge a la UE a tomar decisiones “valientes y contundentes”
La tendencia al alza del número de fallecidos por coronavirus en los dos últimos días ha llevado al Gobierno a endurecer el confinamiento de los 47 millones de españoles. Pedro Sánchez anunció que este domingo se aprobará, en un Consejo de Ministros extraordinario, la limitación total de movimientos salvo los de los trabajadores de actividades esenciales. Estará en vigor desde el lunes hasta el jueves 9 de abril. Tras el fiasco de la cumbre europea del jueves, Sánchez reclamó “decisiones valientes y contundentes” a la UE. “La respuesta no puede ser nacional, tiene que ser europea y con todos los recursos. En el momento más crítico de la UE desde su fundación, tenemos que remar todos a una”, sentenció el presidente, que alentó a la unidad frente a quienes fomentan “el rencor y la división”.
El decreto que impuso el estado de alarma enumeraba una lista de actividades que podían permanecer operativas. La orden permitía que se mantuvieran abiertos los establecimientos minoristas de alimentación, bebidas, productos y bienes de primera necesidad; farmacéuticos, médicos, ópticas y productos ortopédicos e higiénicos; prensa y papelería; combustible para la automoción; estancos; equipos tecnológicos y de telecomunicaciones; alimentos para animales de compañía; comercio por Internet, telefónico o correspondencia; tintorerías y lavanderías. Todas las demás actividades quedaban suspendidas.
Fuentes del Gobierno entienden que las empresas que operan para suministrar a estos servicios son las únicas que podrán seguir operando hasta el 9 de abril. Entre ellas están actividades relacionadas con el sector primario, como la agricultura y la pesca y productos alimentarios, la fabricación de ropa de trabajo, productos farmacéuticos, y el transporte y distribución de todos los productos considerados básicos. Cualquier actividad que comporte teletrabajo también se podrá mantener.
Sánchez insistió, en una comparecencia telemática, que durante los días que se aplique este permiso retribuido los trabajadores “continuarán recibiendo su salario con normalidad”. Una vez que termine la situación de emergencia sanitaria, los empleados recuperarán las horas de trabajo no prestadas de manera paulatina y espaciada en el tiempo. La reducción extrema de la movilidad estará en vigor hasta que acabe el actual plazo del estado de alarma, el 11 de abril, como aprobó el Congreso de los Diputados la madrugada del jueves. La medida, particularmente contundente, la pedían desde el PP hasta comunidades como Cataluña y Andalucía.
El presidente instó a Bruselas a reaccionar en una situación que no puede ser más crítica tras dos jornadas con el número de fallecidos subiendo —832 según el último parte del Gobierno— pese a las expectativas optimistas a mitad de semana. La curva no se aplana y sigue sin alcanzarse el pico de contagios. “Entre tanto, todo lo que puedo ofrecer es sacrificio, resistencia y moral de victoria”, asintió Sánchez, que insistió en que España no puede salir de la crisis “con un mayor endeudamiento”. Por eso considera insuficiente la intervención del Banco Central Europeo y cree que la luz al final del túnel pasaría por la emisión de lo que denominó como “bonos de reconstrucción” para que el “sobreesfuerzo” en la crisis “tenga el alivio y amparo del conjunto de Europa”.
“Europa se la juega, no puede fallar porque hasta los países y los Gobiernos más europeístas, como España, necesitamos pruebas de compromiso real. Ahora le toca a Europa”, remarcó el presidente. Este fue el mensaje que trasladó el jueves al resto de jefes de Gobierno de la Unión. Entonces no hubo acuerdo y las posibles soluciones se pospusieron dos semanas. “Europa debe poner en pie una suerte de economía de guerra y promover la resistencia. Y luego, la reconstrucción y la recuperación europea. Tiene que hacerlo cuanto antes con medidas que respalden el endeudamiento público que estamos asumiendo muchos Estados miembros. Y tendrá que hacerlo después, una vez superada la emergencia sanitaria”, expuso Sánchez, que propone una especie de Plan Marshall.
“El virus ha penetrado en Europa siguiendo un viaje aleatorio. Y del mismo modo que esta catástrofe está sometiendo a examen al mundo entero, está poniendo a prueba de modo muy especial al proyecto europeo”, advirtió Sánchez. Los jefes de Gobierno de España e Italia se plantaron en la cumbre europea ante Alemania y Holanda, partidarias de que los dos países epicentro de la pandemia recurran a los fondos de rescate, lo que siempre implica condiciones para los beneficiarios. Sánchez diferenció esta crisis de la Gran Recesión de 2008, estrictamente económica: “La respuesta no puede ser nacional, tiene que ser europea y con todos los recursos en el momento más crítico de la UE desde su fundación”, zanjó.