Allí en un lugar mágico, maravilloso, lleno de paz y tranquilidad nos encontramos con el fantástico valle donde las estrellas son de otro tono; ¡sí¡ todo eso y más es posible en el departamento del Huila, la ruta el desierto de la Tatacoa, este escenario natural está ubicado a pocos kilómetros de Neiva la capital de este departamento en un recorrido impensable al que pocos van, en la ruta bien adentro nos encontraremos con “El Valle de las Constelaciones” un sitio único donde se mezclan la aventura, el misterio, la libertad, el amor y el respeto por la naturaleza.

La ruta ya viene, como llegar a este recóndito lugar casi en medio de la nada se puede, es posible después de la travesía, presenciar la infinidad del universo donde miles de estrellas cubren el cielo haciéndolo un valle de constelaciones sorprendente, es simplemente maravilloso.
Estando en este lugar se pueden observar noches encantadas y despejadas acompañadas de un soplo refrescante, es un lugar estupendo donde la perfecta combinación y el respeto por el entorno marcan la pauta para enamorarse del árido desierto.

Como llegar.
Viajar desde Neiva a Villavieja es de por si una aventura donde los paisajes muestran sin lugar a dudas la extraordinaria riqueza cultural de este departamento campesino por excelencia, unos 50 minutos en automóvil por una vía en procesos de mejoras nos hacen enrutar al inicio de la aventura.
El recorrido nos hace pasar por fortalecillas un caserío lleno de amor campesino reflejado en su especial gastronomía y el calor opita que siempre está presto a saludar y ofrecer sus deliciosas tradiciones de la cocina.

Llegaremos a Villavieja allí nos mueve a entender la belleza de los pueblos de antaño que se mantienen a orillas del río con la promesa de un Dios que le guía, empotrando en su parque principal una linda iglesia colonial y un caserón que se rige como museo paleontológico, verlo nos magnifica la esencia del desierto con toda la historia, visitar el malecón y darse una vuelta por el Rio Magdalena debe ser una ruta obligada los canoeros con sus maquina a motor nos estarán esperando atentos a mostrarle las iguanas y la aves de todas las especies que mantienen vital el rio de la patria, ese mismo que baña a este pueblo como diciéndole refréscate del calor de nuestra gente.

Saliendo del pueblo tomamos la ruta hacia el desierto y en especial al observatorio donde nos encontraremos con una comunidad que ha entendido la importancia de atender el turista y que abre la puerta pese a las adversidades del calor que lo reseca todo menos la ganas de vivir y pasarla bien; a este lugar se puede ingresar, se ofrece una charla y una visita de los planetas por 10 mil pesos, Allí termina la vía pavimentada y avanzamos por vía destapada en buen estado más adentro.

El recorrido entonces continúa y podemos hacerlo de cualquier manera, es extenso si lo hacemos a pie, aunque también lo podemos hacer en bicicleta, carro o caballo hasta llegar a “El valle de los sueños” en este lugar cada visitante o turista construye una torre con las piedras que decoran este lugar desolado pero hermoso con una excelente vista, un cielo despejado y lleno de pequeñas torres de piedra que simbolizan los sueños de las personas que las edifican, la idea en este lugar es que cada quien haga una torre de piedra y pida un deseo muchos se ven a lo lejos generando la sensación de algo místico.

El recorrido se puede continuar hasta el sector de “Los Hoyos” donde varios senderos de tierra seca permiten perderse en la inmensidad del desierto y visualizar el naranja, el gris, el verde y el azul perfectamente combinados en un solo lugar.

Se avanza un poco más con un recorrido ya casi de una hora y logramos terminar esa fase para avanzar hacia el Valle de las constelaciones siempre tomando ruta a mano izquierda.
Antes de llegar al Valle de las Constelaciones se puede visitar el “valle de los xilópalos (Fósiles de árboles) en este lugar hay tantos cáctus que parece estar en un bosque.

Y ya en un lugar inhóspito, pero con habitantes de la zona que han vivido más de 60 años en este territorio nos encontramos con un valle único que mezcla el naranja el gris y el verde de sus micros oasis, un valle desértico pero con vida, el valle de las constelaciones ofrece su gente con una atención personalizada, usted y su familia o acompañante puede acampar, llevar carro casa, o simplemente disfrutar de una noche estelar al aire libre o en las microcabañas de marco artesanal pero con camas cómodas y espacios abiertos que en la noche le permitirán vivir una experiencia con la naturaleza y sus sonidos, allí el servicio de energía solo es posible gracias a las plantas solares que están instaladas, la atención en comida es típica de la región, si se trata de explorar y aventurar este es el lugar.

Por si fuera poco, ofrecen el servicio de desayuno, almuerzo y cena a precios muy cómodos y para hacerlo aún más perfecto se puede disfrutar de la piscina con agua natural que nace del fondo de la tierra en vetas de agua que alimentan de líquido la región, esta piscina está disponible de día y de noche, en el día refresca el intenso calor desértico y en la noche el agua cálida permite ver la majestuosidad del universo disfrutado desde la piscina.

En el mismo sector se encuentra la finca “La Tormenta” un oasis con alma de finca típica Colombiana, pero con la rigurosidad del desierto con todos los animales de la granja, donde se puede consumir leche recién ordeñada de vaca o de cabra, se puede tomar guarapo o jugo de caña y disfrutar de un paseo a caballo, los gallos lo despiertan muy temprano.

Este lugar tiene una vista hermosa hacia un inmenso cañón de color gris con una brisa fresca que acompaña al imponente sol. Así como las noches son un espectáculo, el atardecer y el amanecer son únicos en este mágico lugar.

La ruta es inhóspita y el espacio más que fantástico es mágico, vivirlo es una experiencia extrema para regocijar el espíritu y alimentar el alma, estar desconectado del mundo moderno es la premisa.

Varios de los visitantes del valle de las constelaciones, salen del lugar con otro concepto de vida, “donde lo importante no son las cosas que se consiguen sino lo que se vive, que el dinero va y viene pero el calor familiar y la gentileza de quienes habitan el lugar se queda plasmado con el mismo valor de una amistad, que la humildad de sus gentes refleja que se puede vivir inmensamente feliz con muy poco” Afirma Oscar Cuellar.

Desea vivir una nueva experiencia con estas dimensiones y conocer este sorprendente lugar, puede hacer sus contactos a los teléfonos 3115851661 o 3134514666 lugareños le atenderán con la amabilidad del Opita Campesino en el desierto de la Tatacoa bien adentro a donde pocos van.










