Los recientes hechos de inseguridad presentados en el municipio de Pitalito han rebosado la copa, cada vez da más miedo salir a la calle, en menos de cuatro días dos personas han resultado heridas con arma de fuego por hurtarle sus pertenencias.
El más reciente caso el de un anciano de 82 años que recibió una herida por arma de fuego a quien le hurtaron 16 mil pesos que llevaba en un bolso, al parecer los delincuentes esperaban encontrarlo con una gruesa suma de dinero, el señor Uldarico Lara Parra por fortuna se recupera en el hospital universitario de Pitalito pero a su edad la lesión ocasionada por el disparo le puede generar complicaciones, los hechos ocurrieron en el barrio Lara Bonilla el martes 13 de diciembre.
El fin de semana un comerciante, fue herido también con arma de fuego en una pierna a quien le hurtaron cerca de 40 millones de pesos, este caso ocurrió frente a la alcaldía municipal a eso del mediodía del sábado 10 de diciembre.
Y eso sin contar con los innumerables casos de fleteo, raponazo, atraco a mano armada y demás que afectan no solo los bienes materiales de los laboyanos sino, la salud, la seguridad y hasta la vida.
“Si nos desplazamos a pie, llega alguien con una navaja nos intimida y nos quita lo que llevemos, si nos desplazamos en motocicleta nos arrastran con motocicleta y todo por arrancarnos el bolso o nos paran en una vía apuntándonos con revolver y nos quitan hasta la moto, si vamos en carro aparece una banda de delincuentes a despojarnos de todo, ya no importa si es dentro del pueblo o a las afueras los delincuentes están en todos lados y son muy peligrosos, si no accedemos a dejarnos robar nos agreden”. Coinciden varios ciudadanos
Es que hasta llegar a la casa o estar dentro de ella es un peligro, es muy común que mientras se está intentando abrir la puerta llegan los delincuentes a llevarse lo que pueda, incluso se las ingenian para robar con los ocupantes en casa, como le ocurrió a uno de los concejales de este municipio que por más que insistió en el tema de seguridad las cosas siguen igual, o se roban lo que se encuentren a la mano como la ola de robos de registros de agua, se llevan las bicicletas, plantas lo que sea.
No es justo que la gente de bien trabaje para adquirir sus cosas y tenga que vivir todo el tiempo a la defensiva, con el temor de que lo van a robar y peor aún que le hagan algo por robarlo, no importa la hora o el día hay ladrones de turno en todas partes.
Las autoridades se justifican en que la gente no denuncia, pero son tantas las vueltas, los trámites y hasta el riesgo que la gente se abstiene de hacerlo.
De otro lado pueden capturar a todos los ladrones pero la “justicia injusta” los deja libres al día siguiente para que sigan delinquiendo porque no representan peligro alguno para la sociedad, esta situación hace que más de uno prefiera hacer justicia por su propia cuenta, como ocurrió hace unos días donde un ladrón murió a causa de los golpes de sus víctimas en la vía hacia la laguna, pero en este caso la justicia estatal si aplica y condenan al ciudadano de bien por haberse defendido.
Pitalito necesita un cambio en su estructura de seguridad y es urgente, se requiere más fuerza pública, más denuncias de los ciudadanos y más controles en las vías dentro y fuera del municipio, y buscar estrategias para combatir el consumo de alucinógenos que es un flagelo originario de la delincuencia.
Todos sabemos que Pitalito es una ciudad en acelerado crecimiento, pero también deseamos poder salir a la calle con tranquilidad, sin delirios de persecución y ese anhelo es posible, entre todos lo podemos lograr, como ciudadanos debemos cambiar los ciclos y no ser tan confiados, el ladrón tiene tanto tiempo para analizarnos que terminan conociéndose nuestras rutas, nuestros movimientos y hasta los familiares sin darnos cuenta, cualquier anomalía es necesario informarla a las autoridades y si realiza movimientos y traslado de dinero pida ayuda o acompañamiento policial.
Se espera que la administración municipal y los organismos de seguridad implementen planes adecuados y efectivos que permitan devolver la tranquilidad de los laboyanos.