www.aldeasur.com presente en el lugar de los hechos con nuestros reporteros sociales comunitarios Carlos Eduer Ordoñez y Alex Bravo

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Panorama desolador en Mocoa, los habitantes ilesos piden ayuda, tienen sed, hambre, sueño, desesperación e incertidumbre, otros buscan a sus familiares incansablemente con la esperanza de hallarlos con vida o de al menos encontrar su cuerpo, quienes los encuentran con sus propias manos los sacan del lodo y con resignación los cargan a sus espaldas atados de palos y sábanas como una especie de guando. Esta búsqueda de víctimas parece interminable. 

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Quienes perdieron sus viviendas, aun no comprenden cómo en segundos lo que construyeron por años ahora se convirtió en un desierto de piedra, lodo y escombros.

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Los niños aunque muchos lograron ser rescatados, siguen en impactados sin entender qué sucede ni qué pasó con sus padres, si sus familiares no aparecen, le espera un futuro incierto, en el que su pasado quedará marcado por la pesadilla vivida en la madrugada del primero de abril, que deja un abismo de dolor y miedo entre un antes y un después de ese día.

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Muchos solo miran el horizonte como recordando lo vivido en esa tierra que los vio nacer y tratando de interpretar que tienen una segunda oportunidad pero ahora con las manos vacías.

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Mientras tanto quienes por fortuna aún conservan sus viviendas, no terminan de sacar el lodo que se plasmó como una alfombra recordando la tragedia que los rodea, al mismo tiempo sus vecinos del frente permanecen en el terreno donde hace unos días tenían un techo donde vivir, tratan de identificar exactamente dónde era su casa, con la esperanza de encontrar algo de ropa o comida que los aferre a la vida para continuar luchando.  

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Muchos han recurrido a sus familiares, para hospedarse pero la vivienda no alcanza para tantos.

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Varios vehículos hacen el servicio de carros fúnebres trasladando las víctimas atadas en la parte superior.

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La tragedia es inimaginable, causa un profundo dolor que nos deja paralizados e impotentes al ver esta catástrofe que enluta aun país entero y que tal vez se hubiera podido evitar.

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