Esta fue la etapa con más tensión del Giro de Italia. Los dichos de Dumoulin sobre el supuesto pacto de Nairo Quintana y Vincenzo Nibali y deseando que no alcancen ni siquiera el podio, exacerbó los ánimos entre los ciclistas de punta.

Pese a eso, el colombiano y el italiano respetaron en esta jornada a Dumoulin, cuando este se bajó de la bicicleta. Algunas versiones dicen que fue a orinar, mientras que otros afirman que fue para resolver un desperfecto mecánico en la bicicleta.

Lo cierto es que los perseguidores en la clasificación general respetaron al líder y no le devolvieron la actitud al holandés, quien les declaró la guerra. Nairo y Nibali querían vencerlo en la montaña, como debía ser.

Cuando llegaron las rampas de 10% y 12%, comenzó el trabajo de equipo. Fue el turno de Winner Anacona para tirar del lote y hacerle daño a Dumoulin. El gregario de Nairo Quintana lo hizo perfecto y el líder comenzó a flaquear.

Kilómetro a kilómetro, Dumoulin comenzó a perder la rueda de Nairo Quintana. Por fin, el holandés demostró que su resistencia no es inagotable. Ahora, lo importante era saber si el colombiano le arrebataba la camiseta rosada o no.

Sin mucha explicación, Tom Dumoulin comenzó a responder cuando parecía que perdía el liderato. El tulipán se puso a la rueda de otro ciclista y empezó a decontar la diferencia que Nairo y Nibali le habían sacado.

En el último kilómetro, Nairo se hizo sentir y atacó en soledad. Esto le sirvió para convertiré en el nuevo líder del Giro de Italia.

En la etapa, el ganador fue el español Mikel Landa, pero el gran triunfador de la jornada fue Nairo Quintana, de Cómbita – Boyacá. La camiseta rosada está en poder del colombiano y en Milán ya afinan las tonadas del himno nacional, pero calma, falta mucho todavía. Dos días más.

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