No obstante, es de gran importancia que estos dolores no pasen tan desapercibidos; ignorarlos, puede ser el principio del caos. ¿Qué pasaría si pudieras encontrar el verdadero origen de tu malestar? En ocasiones, lo disfrazamos repetidamente con una carga de fármacos, cuyo resultado, es como una capa de esmalte de uñas que, en el algún momento se caerá por sí sola, creciendo de nuevo lo que se esconde debajo de ella.

En este orden de ideas, es imprescindible que prestemos atención a nuestros dolores, a la forma en cómo se muestran y, aún más, a la reflexión profunda del por qué han aparecido en determinado lugar del cuerpo; identificarlos, asociarlos y descubrir su origen, darán mayor claridad a lo que nos está sucediendo, introduciéndonos expresamente a la raíz del problema y no yéndonos por las ramas, como coloquialmente se dice. El Investigador, Dr. Enric Corbera le llama a esto, la descodificación. Nos enseña, que no solo debemos darnos cuenta en dónde está el dolor, sino hallar, cuál es la razón lógica de origen emocional que lo está causando. Enmarcar todos los dolores y sus orígenes en este corto artículo, es un poco complicado, por ende, compartiremos algunos, que son los más comunes y reiterados. Una vez un hombre muy velludo fue al doctor, este lo hizo pasar. Luego de que lo examinaran, el paciente pregunta: Doctor ¿qué padezco? Y él doctor le responde: padece un osito.

Un poco de humor para inferir que el diagnóstico personal, debe ir más allá de una simple y jocosa respuesta como la del doctor. Veamos algunos ejemplos:

Si lo que la persona padece es dolor de estómago, se debe a que las rabias no han salido del todo, y por consiguiente, la bilis habla de esta forma; la rabia se manifiesta cuando decimos “me da piedra”, y las piedras son finalmente cálculos.

Ahora bien, si lo que aparece es la Diabetes, esta inunda nuestro organismo cuando la falta de cariño y la soledad se hacen presentes, aunque, en el Principito, se nos enseña que no es una cuestión de tristeza sino de reflexión, de reencontrarse con uno mismo. Un gran regalo.

A muchos les sucede que engordan debido a una situación emocionalmente negativa; si hay insatisfacción, y esta nos aprieta, es porque reprochamos lo que tenemos, en vez de agradecer por nuestras experiencias y aprender de ellas: por ende, nos engordamos de las cosas negativas a nuestro alrededor.

¿Molestias y/o dolor de garganta? Este dolor y ardor, se debe a que tenemos cosas por decir y aún no hemos sido capaces de expresarlas. Es cuando aparece el famoso “nudo en la garganta” que estrecha tanto que pasa lo mismo que le sucedió al Iscariote, se colgó; quienes no dicen lo que sienten, se ahogan tanto, que inclusive podrían sufrir de un cáncer de garganta.

Si bien el resfriado o gripe se puede obtener por múltiples factores, el hecho de que no te hayas dado la oportunidad de llorar, es que no te has permitido fluir como lo hace el río al mar; por lo tanto, la única forma en cómo el cuerpo lo manifiesta, es a través del flujo nasal, gripe y/o resfriado.
Si se tiene dolor de cabeza, es que debido al bombardeo del gusano mental, como lo llaman los Toltecas, los pensamientos son más numerosos que los actos, es decir, estás pensando demasiado y viviendo menos; esto es alimentado mucho más, cuando el círculo del que estamos rodeados no es para nada positivo.

¿Te ha afectado el dolor de espalda? Suficiente es cargar con tus lastres personales, como para pretender cargar los de los demás; si, es muy importante ayudar, jamás dejes de hacerlo, pero una cosa es el sentido de apoyo hacia alguien y otra muy diferente, inmiscuirse en la vida de los demás.

Si se manifiesta dolor en el pecho, es porque hay un vacío; si hay un vacío, es porque hay miedo y, ese miedo “nació” porque se cometió un error al desconocer cómo funcionan las leyes naturales de la Vida; por lo tanto y en reflexión profunda, este debe ser descubierto por la misma persona, pues es la única forma de acabar con el miedo que lo genera; sentir el abrazo sincero de alguien, puede reconfortarte apaciblemente.
Tu brazo derecho duele y absolutamente nada ha podido curarlo; luego de pastillas, masajes y ungüentos, te das cuenta que te está costando dar y compartir con las personas con quienes te relacionas a diario; si por el contrario, es el brazo izquierdo el que duele, es entonces porque te cuesta demasiado recibir; quizás el orgullo no te permite aceptar que necesitas ayuda, pero arrogantemente la estás rechazando porque piensas que puedes tener el control sobre todo.

¿Inicios de osteoporosis? Las emociones de carácter negativo incrementan la acidez en el Ph de la sangre, para equilibrarlo, nuestro organismo utiliza calcio; si, el calcio de nuestros propios huesos, entonces desafortunadamente aparece la osteoporosis, la cual no curará un suplemento vitamínico, sino el autocontrol de nuestras propias emociones.

Si bien, no podemos generalizar todas las enfermedades, son las investigaciones las que demuestran que ellas provienen de desequilibrios emocionales, y todo, porque estar en la posición efecto, donde se señala y se culpa a los demás por situaciones sucedidas, es lo que no nos permite reflexionar y adentrarnos en el hueco de la madriguera de Alicia en el país de las Maravillas. ¿Te imaginas que tu vida fuera una vida plena y de bienestar, tan solo porque has podido encontrar la verdadera razón por la cual tú mismo te enfermas? Los fármacos te podrán dar un alivio de doce o veinticuatro horas, pero si entras en la posición causa, en la de responsabilizarte por tus actos, en hacer una introspección y reflexión profunda, entonces, la cura no llegará por estos medios, sino, porque habrás elevado tu nivel de consciencia tan alto, que ya podrás surcar como el cóndor, los picos más elevados de tu divina energía interior.

Por;  Fánor Iván Benavidez Triviño Para;  www.aldeasur.com

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